—Tenemos hambre, Revis. —dijo Amanda. Era la tercera vez que lo decía.
— Bill y Sara volverán. —contesto Revis. — Con comida, estoy seguro.
Revis quería creer en lo que decía, pero cada que lo repetía se sentía menos esperanzado. Sus hermanos mayores no habían llegado a casa, y el problema estaba empeorando. Podía oír el rugido de los estómagos de sus hermanos, y hasta el suyo; pero lo importante era que los llantos habían cesado.
Refregando sus mejillas con sus pálidas manos quito las lágrimas húmedas que había estado allí. Revis nunca recordó llorar tanto en un solo día. No desde aquella vez, desde que Dan le había enseñado a Alicia una carta de amor que Revis había hecho con sudor y ternura para esa misma chica. Horrible. Vergonzoso.
Él es Revis Winder y sentía lastima por el mismo.
— Revis. Revis. Revis. —canturreo la voz de Amy. — No cierres los ojos como lo hizo Mama.
El hermano mayor pestaño sin comprender, miro a su hermana pequeña y se percató de que había cerrado los ojos al recordar cosas del pasado.
Revis dio un profundo suspiro, y observo con atención a sus tres hermanos sentados en el suelo.
— Creo que Bill y Sara están tardando más de inusual.
— ¿Tú crees? —el sarcasmo en la voz de James era demasiado audible. — Tu eres el mayor aquí, Rev. Y como hermano mayor, tienes que encontrar una solución, ahora mismo. No estamos muriendo de hambre. —gimió al escuchar su estómago vacío. — Bill y Sara no están para darnos alimentos y nuestra Abuela está muerta.
— Haz algo, Revis —se le sumo Amando esta vez.
— O te molestaremos para que hagas algo. —dijo Amy. Al hablar todos seguidos parecían un coro de trillizos, Revis estuvo reprimiendo una pequeña sonrisa durante varios minutos.
— No pueden molestarme. —aseguro Revis.
— ¡Qué bien nos caería unas deliciosas hamburguesas de queso, junto un batido naranja! —canto James con su voz aguda. Los tres hermanos se habían levantado y empezaban a bailar alrededor de su hermano mayor, riendo entre ellos, y gimiendo por el dolor agudo en su estómago.
— ¡Y no nos olvidemos de la ración de papas fritas!
— ¡Y helado como postre!
Aunque Revis tenía la voluntad de su buena imaginación, esta le traiciono. Las imágenes de los alimentos mencionados por sus hermanos, hizo que se le hiciera agua la boca. Malditos enanos.
— ¡Bien! ¡Ya! —dijo. — Esta bien. Lo hare, lo hare. ¿De acuerdo? Saldré afuera, y traeré lo que necesitamos. Solo espero, que Bill no llegue antes que yo, si no… —trago saliva toscamente.
La pequeña Amy sostuvo con sus pequeñas manos a su conejo de felpa ante Revis.
— Chappy está herido, Revis. No quiero que cierre los ojos. ¿Puedes arreglarlo cuando salgas?
Revis no pudo decir que no. La mirada tierna de la niña era su perdición. El conejo raído solo tenía un corte irregular en una de sus orejas, el cual salía su relleno. De alguna manera conseguiría la manera de arreglarlo.
Él es Revis Wider y sentía cariño por sus hermanos menores.
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El Mentiroso.
Short StoryHay algo que Revis no se esperaba, y era conocer a la persona que cambiara el rumbo de su vida. Luego de que la muerte visitara su casa, luego de que pasara por grandes obstáculos en un solo día, Revis no sabia que estaba en un aprieto. Y no podía e...