✨Esencia✨

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En alguna parte del corazón se encuentra lo más bello y puro de cada persona, pequeños momentos y recuerdos, que te definen sin importar cuantos años o cuantas circunstancias pasen. Eso que hace que tu forma de pensar sobresalga de las otras, eso único; eso que te define y que no siempre se puede plasmar en escritos.
Hay pequeñas cosas, pequeñas ideas que se pueden tener en común, sin embargo la razón al expresarlas puede ser vista de una belleza distinta según la persona. De chiquitos ¿Quién no tuvo la sensación, el pensamiento, de que la luna le seguía a casa? Esa magia de ver por la ventana del coche y pensar que tan majestuosa creación nos persigue, son cosas que perdemos al crecer, al crecer, razonar y llegar a la conclusión de que que la luna nos siga es simplemente imposible. Pero de niños ¿Qué pensamientos venían? Quisiera poder preguntarles a esos inocentes niños, admirados porque la luna les sigue a casa, ¿Porque? ¿Porque crees que la luna te sigue a casa? De niños tenemos una forma tan pura y sincera de responder, habrían millones de respuestas. Algunas completamente simples como "Solo me sigue por qué si" "Porque no importa a donde vaya, la veo" o "porque la luna está embrujada"
Pero habrán también seguramente respuestas más sensibles y compuestas. De tantas respuestas, me permitiré plasmar una: Voy donde una niña, ilusionada mirando tras la ventana del carro, viendo, pensando y creyendo convencida que la luna le sigue a casa. Le pregunto ¿Por qué? con plena convicción me explica:
"La luna me sigue porque ella sabe cómo me siento. Me sigue porque ve mi corazón, mis sentimientos, alegrías y penas. Cuando estoy mal, cuando estoy triste veo por la ventana y está ella ahí, es su forma de decirme que no estoy sola como pienso, es su forma de consolarme, de decirme que todo estará bien" esboza una sonrisa melancólica y sigue diciendo " Y cuando me asomo, y no está, cuando busco por todas las ventanas posibles y no logro verla, es porque está en alguna otra parte donde debe haber alguien más triste que yo, alguien que necesite ver a la luna más que yo." Entonces se ríe avergonzada y dice "A veces trato de fingir dolor para que aparezca frente a mí, pero no puedes engañarla, ella ve el corazón. Pero a pesar del dolor y de lo ocupada que está iluminado a gente que lo necesita más, siempre se acuerda de aparecer para mí"
Una niña plenamente convencida de que la luna la sigue porque es su forma de decirle que está con ella, y que si no está es porque alguien la necesita más. Una niña que crece para darse cuenta de que sus ilusiones por más puras y bellas que sean, no son reales. Algo nos sucede al crecer, muchos dicen que solo maduramos, pero es mucho más que eso. Perdemos la magia de las cosas pequeñas, no apreciamos la vida con la misma percepción que antes, nos afanamos con problemas y Dolores. De niños el dolor que sentimos es distinto, pero no significa que no duela en su momento, me encantaría recordar, saber, que Dolores tenía la niña en su corazón cuando miraba a la luna, saber de qué la consolaba, lo que sé es que no importa el dolor o problema que tenía en ese precioso momento tras la ventana no se fijaba en su dolor, solo en la luna, ¿será que a diferencia de cuando crecemos, de niños buscamos algo, lo que sea que nos haga olvidar lo malo que pasamos con tal de sonreír otra vez? Sea la luna, un juguete, un dulce. Admiro la forma en que el alma de la niña encontró una razón tan mágica para explicar porque la luna le seguía, necesitaba consuelo, y creó su consuelo; veo el corazón de ella, lo veo creciendo, y esa esencia y magia característica, disminuye hasta quedar en un pequeño cuarto recóndito, en su corazón. Creció, y se olvido de encontrar una forma de alegrar sus días más tristes, el corazón sensible de la niña era una bendición, hasta que dejó que esa sensibilidad en vez de buscar alegrías se centrara en lamentos. Quisiera verla, tomar su corazón, y abrir esa recóndita puerta donde dejó su magia y su esencia y que salga y renueve ese sensible y bendito corazón. Decirle que a medida que crezca las cosas serán difíciles pero que no deje de percatarse de esas pequeñas cosas y pequeñas alegrías que vienen día a día.
Eso que nos define, la manera de explicar cosas que no conocemos, la esperanza que encontramos, el valor para salir adelante y entender que no estamos solos, eso, muchos tristemente lo han encerrado y olvidado, pero ahí está, es parte de uno, tu esencia, no puedes simplemente deshacerte de ese niño en ti, y creo que vendría bastante bien si lo dejamos salir un rato, si volviéramos a apreciar las pequeñas cosas y a empezar a crear excusas para sonreír, excusas para compartir, para dar amor y ser amados. En alguna parte del corazón se encuentra lo más bello y puro de cada persona, ese niño interior, esa pureza e inocencia, pequeños momentos y recuerdos, que te definen sin importar cuantos años o cuantas circunstancias pasen. ¡Qué maravilloso sería poder conocerles así a todos!
Quiero conocerte, profundamente conocerte, no diré que completamente, ya que nunca se termina conocer a alguien, pero me encantaría conocerte todo lo que más pueda. Sueños, miedos, recuerdos, pensamientos. Eso que hace que una forma de pensar sobresalga de las otras, eso único; eso que nos define y que simplemente no pueda plasmarlo al escribirte.
¿Cuándo perdimos la magia de las cosas pequeñas? Saca la cabeza por la ventana, la luna sigue siguiéndote a casa.

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