Mantengamos nuestro amor en una fotografía.
Extrañamente ahora me siento bien, sé que el está bien y que ahora es feliz. No le pido nada a nadie, viví lo que tuve que vivir y disfruté cada segundo que pasé a su lado.
Ahora sólo soy un recuerdo, somos un recuerdo de una relación que duró más de lo que debía.
¿Quieres saber por qué hablo así?
Tal vez ya lo intuiste o tal vez no, por eso, vamos a conocer la historia detrás de la fotografía.
Tres años después...
— ¿Entonces, está pose está bien? —El español me miró haciendo poses serias y divertidas, realmente estaba loco de la cabeza.
— Vamos Morata, nada de tonterías, debí haber terminado esto hace una hora.
Me concentré en enfocarlo y cuando pensé que iba a poder tomar una foto decente, los chicos tuvieron que aparecer.
—¡Cabra loca! ¿Es que aún sigues aquí? Deja de acosar a Marina.
—Si no hubieses llegado a interrumpir, ya hubiéramos acabado, Isco.
—Lo siento Mar, pensé que ya eran libres, venía por Morata para irnos, pero veo que esto va para largo.
—Así es Isco, venga Morata, me quiero ir, tengo cosas que hacer.
—¿Implica salir con alguien?
— Mi vida personal no te importa, venga.
Sin negar, Álvaro me hizo caso y comenzó a posar, si tan solo hace una hora me hubiese hecho caso, todo estaría bien.
Luego de media hora, terminamos las fotos, cogió sus cosas y se colocó a mi lado para observar mi trabajo.
—Salgo hermoso, ¿que, no?
—Uff, no sabes, ¡Serás la sensación del Madrid! —reí guardando mis cosas.
—No sabía que tenías sentido del humor Marina. ¿Quieres que te lleve?
—No me conoces bien, cabra loca y no gracias, te dije que tengo cosas que hacer.
—¿Qué cosas?
—Me estás acosando y puedo demandarte.
Ambos reímos.
—Será para la otra Álvaro, voy demasiado tarde, nos vemos luego.
Iba demasiado tarde, afortunadamente el Doctor Hoffman accedió a posponer un poco mi cita, al llegar a la clínica, el vértigo no me dejó seguir y ahí estaba otra vez, esa maldita hemorragia. De inmediato las enfermeras me ayudaron a entrar y me atendieron oportunamente, luego de estar en observación, el doctor Hoffman vino a mi.
—Hola Marina. —me saludó con un beso como siempre lo hacía.
—Hola tío —murmuré dándole una leve sonrisa, observé como en mi piel aparecían unos cuantos coágulos, los observé durante unos segundos.
—Así es Marina, tienes lo mismo que tu madre —apretó mi mano para brindarme su apoyo—Debes ser fuerte si quieres estar bien.
Asentí limpiando las lagrimas que salían por mis ojos, volví a observar mi piel, si este era mi destino, no quería seguir viviendo.
.
.
.
.
.
Bueno, les traigo una mini historia, solo tendrá 10 capítulos y me los he escrito todos en un día (la que no tiene nada que hacer) Espero les guste mucho, no olviden comentar y votar.
- Joo
