I Can't Decide [Bill Cipher | Tomás]

5. Todo a cambiado [Part.2]

Marco.

Me había separado de las chicas, para dirigirme al baño en dónde había entrado el sr. Candle.

Tenía que reclamarle lo que me había dicho, ¿Tantos años con clases de honores para terminar en el basurero de la ciudad?

¡Eso sí que no!

Aparte de que me había extrañado el comportamiento de Mia, ella rara vez pedía abrazos en público. Tenía que preguntarle qué había pasado.

Estuve a punto de irme, cuando un fuego cegante se esparció por el baño.

—¡Eres un idiota!— oí una voz extrañamente familiar—. ¡Olvidaste lo más importante! ¡Yo!

—Pero señor— esta vez oí al sr. Candle hablar—, me confirmaron que Starco es totalmente platónico. Solo son dos amigos que se llevan bien.

—Perfecto— ¿Starco? ¿Qué era, una marca de burritos?—. Y, ¿Qué tal con Mia?— acerqué aún más mi oído a la puerta. De pronto creí reconocer esa voz.

—La señorita se mostró totalmente confudida y triste al decirle la verdad. No le dije nada de usted, claro. Pero creo que pronto decidirá irse.

—Perfecto, ahora sigamos con el plan.

Deje de escuchar y me largué directo a su oficina, no entendía muy bien, pero pronto lo haría.

Mia.

Vi a Marco salir de los baños y meterse en la oficina del sr. Candle, cuando este también estaba dentro, yo me dediqué a escuchar por detrás de la puerta, mientras veía por el cerrojo.

—¿qué haces aquí, Marco?

—Nada... solo venía a informarle que Star y yo somos muy buenos amigos— ¿y eso a quién le importa, Marco? rodé los ojos, Marco era un loco.

—Mmm... ¿Y eso?

—Pues somos amigos que compartimos besos... en los labios— ¿¡QUÉ?! ¡¿Por qué yo no sabía sobre eso?!—. Sí, y practicamos de todos; alemán, italiano...

Una ola de fuego inundó el salón, haciendo que Marco se asustara y saltara de la silla.
Un dolor punsante se hizo presente en mi pecho, al ver al demonio con el que me había encontrado en la luna roja.

Por un momento dejé de sentir el aire en mis pulmones, y todo a mi alrededor se hacía negro. Lo último que vi fue como mi cabeza chocaba con la puerta y la expresión de horror de Marco.

Marco.

Vi como el cuerpo inconsiente de Mia se caía por la puerta, causando que un gran miedo me recorriera.
Desde hace unos días le había visto mal, demasiado, pero ahora que este demonio se aparecía, ella había colapsado. No sabía lo que pasaba y estaba algo frustrado.

—¿Ahora que rayos hiciste?— miré mal a Tomás, mientras él hervía en fuego y a veces miraba a Mia. Cuando sus ojos viajaban a mi hermana, el fuego disminuía, pero cuando no, encendía más.

—¡Marco Díaz, haz invocado mi furia!— me quede parado, sin saber cómo reaccionar a eso. Hasta que el movió su mano, y yo caí en un sueño profundo, con preocupación por mi hermana.

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Cuando desperté, me encontraba tomado de los brazos y las piernas, mi cabeza dolía mucho y mi vista estaba nublada. Moví mi cabeza hacia los lados, esperando poder ver bien. Después de unos segundos, lo que eran sombras y sonidos minúsculos se convirtieron en escenas reales, con colores, olores y sonidos. Sonidos muy fuertes.