El manto de la Dama Pálida siempre había sido su más fiel cómplice, YoonGi no podía comprender por qué razón continuaba flagelándose de ese modo, ¿qué tan masoquista debía ser para hacerse eso a sí mismo? Al menos, la Dama no le miraba con duda, aunque tampoco con amor. Una silenciosa compañera.
Cuando miró el cuerpo relajado de SeokJin sobre el sofá, recargado en TaeHyung, sintió un desazón que hacía tiempo no atenazaba su pecho. Desde que fue capaz de sincerarse consigo mismo, y pudo admitir en voz alta que estaba enamorado de Jin. Suponía que, en cualquier caso todos los acontecimientos que amenazaban con arrebatarle la Tierra, y dejarlo vagando en el universo frío, oscuro y solitario, era algo (si no bien merecido) sí su responsabilidad.
A YoonGi nunca le había gustado andarse con rodeos, se consideraba un hombre decidido, frío y analítico, al verse en el espejo no podía encontrar resquicio alguno de aquellas cualidades. Aunque, sabía que probablemente se encontrarán durmiendo muy profundamente en él. El terrible poder del amor y su capacidad para trastocar a las personas.
Como fuere, cuando se sentó junto a un Jin meditabundo, cubierto por una frazada rosa y con sus piernas recogidas. Solo. Distante. Una estrella que justo en ese momento brillaba fuera de su alcance. Y aquella complicidad a la que habían llegado con el tiempo, el amor y la confianza se ve interrumpida por un ruido de estática. Ruido que responde a la risa escandalosa de Park Jimin, quien va pasando por el pasillo fuera de su habitación, mientras ríe y grita junto a TaeHyung y HoSeok.
Por eso el menor decidió que lo más sensato era hablar. Ya no pueden disfrutar del silencio.
—Jin —llamó, el mayor pareció salir de su transe (Suga desconoce qué es lo que piensa Jin y eso lo frustra), cogió una punta de la frazada y con ella cubrió los muslos del rapero.
—Yoonie, calla y siente.
SeokJin no pronunció otra palabra, procedió a acurrucarse contra el pecho del más joven, sus manos entrelazadas y sus respiraciones pesadas desacompasadas. No es que a Suga le guste que le ordenen, porque regularmente él es quien tiene la razón y porque se niega a inclinarse ante la voluntad de nadie. Aún así envuelve sus brazos en la figura empequeñecida de Jin, se siente cálido y rosa. Se relaja, cierra los ojos y paladea el sentimiento en su boca, en su estómago, como su cuerpo responde involuntariamente a la cercanía del mayor, su pulso acelerado y su cerebro diciéndole que eso es todo lo que está bien en el jodido mundo.
El vocalista y visual del grupo se aferra con fuerza hiriente al costado del menor, clava sus dedos en la tela, más profundo. Su cuerpo tiembla, porque encaja entre sus brazos del mismo modo en que lo hace en los de Jimin. Al momento en que las lágrimas bajan por sus mejillas, le arden por ahí donde corren. El aroma de Suga es hogareño y familiar, es lo que él siempre buscó y deseó. Muy probablemente es más de lo que pensó encontrar, más de lo que merece. Si Suga lo escucha llorar no dice nada. Si le produce dolor con su abrazo, YoonGi no lo demuestra. Al contrario, vuelve férreo el contacto. Y a Jin le daba la impresión de que uno respira porque el otro lo hace.
Esa es la verdad. Se aman.
Y el silencio regresa gentilmente hasta ellos como una luz abrasadora que ahuyenta todas las sombras. Ilumina sus almas y la verdad esclarecedora se sitúa frente a ellos.
Así discurre el tiempo, como gotas de lluvia en primavera colgando de un paraguas. Es mágico y bello. El mundo es un caos, porque siempre lo ha sido, pero YoonGi siente que eso está bien. El universo entero late entre sus brazos y en su pecho.
—Hoy es tu cumpleaños, Jin.
El aludido permanece impasible, pero sabe lo que YoonGi quiere decir. Lo sabe porque es la frase que han usado desde el principio. Es la misma que dijeron casualmente frente a un JungKook que no esperaba tal proposición. YoonGi, que también es consciente del poder de sus palabras, no termina la frase.
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Para: Jin
FanfictionFinalmente es el cumpleaños de Jin y YoonGi lo sabe. Así como también sabe lo que eso significa. Por otra parte Jimin y JungKook han estado esperando este momento y no piensan desaprovecharlo. Continuación de Para: Jimin.