**ABEL**
–Qué te sucede– finalmente tomé el valor de preguntar, luego de ver aquella mirada perdida en Lewis de nueva cuenta, y que otra vez estaba ahí, solo, después de clases, pero no estaba leyendo, tenía el libro entre las manos y nada más, miraba la ventana –Ah, profesor, no es nada– replicó cambiando completamente aquel decaído semblante, pero sólo lo miré fijamente, hasta que desvió su mirada un tanto apenado y triste –Bueno, la verdad... es que hoy conocí a un chico, un chico muy extraño que iba en una limusina, y dije, wow, debe tener mucho dinero para esos lujos, en cambio yo... sabe, me apena mucho contarle esto, pero ya no sé qué hacer, lo estoy dando todo, pero simplemente el dinero no alcanza para la renta, y para los gastos y para....– se detuvo –¿Y para?...– lo alenté a terminar la frase –para nada– suspiró, cerré los ojos, y me quedé en silencio unos instantes, cuando un sonido familiar interrumpió aquel silencio, era el estómago de Lewis haciendo ese sonido, de cuando uno tiene hambre –¿Por qué te desvives tanto en obtener esa beca Lewis?– cuestioné finalmente sin tapujos, yo sabía que no era sólo cuestión de orgullo, Lewis no era así, también sabía que el padre de Lewis no estaba con él y con su madre, pero sinceramente no había querido adentrarme más a su vida, él no hablaba mucho de ello –Mi madre está enferma, tiene Alzheimer– soltó sin más, sin andarse con rodeos ésta vez –Si obtengo la beca para esa escuela obtendré servicios médicos gratuitos para ella y para mí, y podré tratarla, leí un folleto el otro día, decía que tenían toda una unidad dedicada al tratamiento de Alzheimer– Quedé atónito, petrificado, intenté no mostrar mucha sorpresa, ni mucha indiferencia, pero tampoco se me ocurría qué decir, luego de digerir lo que me había confiado Lewis sonreí sinceramente –Lo vas a lograr, sólo no te sobre esfuerces, piensa un poco en ti– agregué dándole una ligera palmada en el hombro, metí la mano en mi mochila, y saqué un toper con pay de limón –Toma, lo preparó mi esposa– dije extendiéndole la mano, a lo que me miró apenado –Ten, con confianza Lewis, es sólo un pay–dije en tono amigable, me devolvió una sonrisa y lo tomó –Gracias profesor– No es nada, sólo es pay– No me refiero sólo a eso, gracias por el consejo– corrigió tomándome por sorpresa, sonreí de igual forma y me marché.
**ELIZABETH**
Era otra mañana realmente grandiosa, aún si me tenía que levantar a las 5:00 am para preparar el desayuno del joven Ian, yo lo hacía gustosa, salí de la cocina con la charola, puntual a las 6:00am, tenía todo listo, las tazas, el té y el azúcar, me encaminé hacía la mesa donde se hallaba el joven quién me miró de reojo como siempre, lo cual me puso tremenda mente nerviosa, e hizo que comenzara a temblar de nuevo –No otra vez... cálmate Eli– me dije a mi misma, pero al sentir la mirada de el joven Ian mientras me aproximaba, en un acto de nerviosismo y distracción tropecé, tirando sobre de el joven el agua caliente, en ese momento, juro que vi mi vida pasar, quería que me tragara la tierra, ya podía ir despidiéndome de mi empleo, miré hacia arriba y me encontré con el joven Ian retorciéndose en su asiento, todas las demás mucamas estaban anonadadas, los meseros petrificados, y mi madre, la cocinera, tenía las manos en la boca, con un rostro horrorizado, –mátenme...– murmuré rendida pegando mi barbilla al suelo –¿Qué están esperando? ¡Montón de inútiles!– rugió Ian furioso –¿Qué no ven que me acabo de quemar? ¡Rápido hagan algo!– agregó haciendo que todos corrieran en círculos y salieran de aquel estado de trance, miró hacía el suelo, justo donde yo me hallaba, –¿Y tú qué esperas para levantarte? Tonta– concluyó mientras se retiraba, y todos corrían con servilletas, pero él los empujaba, y subió corriendo a su habitación, me quedé ahí, aterrada, completamente en shock, –¿Por qué no me despidió? Diablos hasta yo lo hubiera hecho... será que... no claro que no, qué boba, o puede que sí, ¿Le gustaré? ¿De verdad es posible que le guste al joven Ian?, pensé mientras abrazaba la charola –¿No crees que ya hiciste el ridículo lo suficiente?– interrumpió mi madre sacándome del trance –¡Vamos! ¿Qué esperas para ponerte de pie? ¡Es un milagro que aún sigas laborando aquí!
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"Hunder the same sky"
Teen FictionSe trata de una compilación de historias de situaciones y/o problemáticas recurrentes entre la adolescencia, llevada de la mano de personajes cuyos caminos se entrelazan y separan inesperadamente como en la vida cotidiana, lagrimas, amigos enemigos...