Capítulo 5

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—Los estaban buscando —logró decir por fin Alejandro mientras colocaba un periódico local sobre su escritorio para que los chicos pudieran verlo, en la primera página ponían: “¿Malik y Styles en la ciudad?”

Sé que han avanzado bastante pero estamos contra reloj, o los encuentran ellos o terminan encontrándonos a nosotros también ¿Por poco no salen de esta no? —El tono de voz de Alejandro era dulce y preocupado, de verdad le estaba afectando la situación a la que se estaba enfrentando el sistema, nunca antes la policía había hecho allanamientos sin previo aviso a sitios públicos sin que Los 4 se enteraran y pudieran prevenir a sus hombres, la noche anterior habían caído varios peones de las organizaciones y sus joyas más preciadas en este momento habían resultado envueltas en todo el proceso y por poco no salen ilesas.

—Lo más frustrante de todo es que ni siquiera podemos asegurar que estén en la ciudad, ¿Cómo podríamos saber si estuvieron anoche en el Stone? —dijo Daniela con voz frustrada de rabia, estos tipos no habían terminado de llegar y ya estaban dando problemas.

Daniela, Verónica y Elías habían seguido con sus investigaciones luego de la reunión a la que fueron llamados en casa de Alejandro al día siguiente de los hechos ocurridos en el Stone Bar, el local había sido clausurado temporalmente, sin embargo, no se hubiera necesitado esta medida, por ser el local de moda, las ratas se habían escondido y tanto Los 4, como organizaciones menores, Daniela, Verónica y al parecer Malik y Styles también habían desaparecido del escenario; 2 semanas después, sin importar el gran avance que habían conseguido en su primer día de investigación, todo se había quedado allí, lograron encontrar expedientes en la Policía Italiana, en la Alemana, en La Francesa y en la Española, incluso investigaciones de la Comunidad Económica Europea, pero no había nada, todas poseían exactamente la misma información que tenía el gobierno Inglés, así que contaban con lo mismo, pero en diferentes idiomas, según eso, podían estar tanto allí como en los demás países, no había pruebas que los ligaran todavía con Portugal.

Daniela y Verónica se preparaban para salir, no, no de fiesta, esa noche irían a los archivos del Ministerio de Salubridad Pública, se encargaban del manejo de clínicas y hospitales del país, sino encontraban algo allí estos tipos simplemente estaban limpios y podrían estarse escondiendo en cualquier otro lado. Era la última carta bajo la manga que les quedaba, si lograban encontrar algo, iban a salir del camino oscuro y a ciegas que llevaban desde hace 2 semanas.

•••

—Zayn, entiendo muy bien que la cosa se haya puesto fea. Pero todo se ha calmado, Niall me llamó, en los demás países también han hecho redadas como las del Stone, todavía no saben que estamos aquí, así que yo iré hoy por comida, quieras o no, estoy cansado de comer lo mismo.

—Haz lo que te de la puta gana Harry —respondió Zayn malhumorado— esto me tiene verde quiero largarme lo antes posible.

—Bien, te traeré algo que te alegre.

Harry dejó en su apartamento a Zayn metido en la televisión, llevaba la barba de varios días, su humor había ido empeorando desde que por poco eran atrapados en el Stone hacía unas semanas, la última vez que la había visto. No podía olvidar su voz, su aliento, su piel, sus ojos oscuros Otra vez pensando en ella Harry se sorprendía a si mismo pensando en Daniela con bastante frecuencia, el humor de Zayn era influenciado por la falta de sexo y que Verónica no le respondiera las llamadas, habían decidido mantenerse fuera de juego por un tiempo. En ese momento Harry se dirigía al supermercado a hacer las compras necesarias para subsistir, entre estar encerrados como prisioneros, pensar en ella y que las cosas no se calmaran para rehacer los movimientos del negocio llegó distraído y aparcó su camioneta en frente de la tienda, cuando entraba notó que un deportivo plateado a su lado llamaba la atención ¿Dónde había visto ese auto? Fue cuando entró y en uno de los pasillos reconoció su cabello a lo lejos, era ella,  recordó en que coche se había ido el día que escaparon del Stone por el ducto del aire, era el deportivo de afuera, era de ella, Ese día había pensado que era el auto de Verónica, a lo mejor lo era y andaba con ella. Harry miró alrededor pero no logró encontrar la melena rizada que caracterizaba a la fiel compañera de su chica.

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