Proologo

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Años atrás había sido una de las piscinas mas importantes de la ciudad, pero ahora era, únicamente, una sombra mas que se recortaba entre los campos de rugby y fútbol. Alguna vez alguien habría intentado reparar el edificio, ya que se veian algunas herramientas y productos de construcción esparcidos por aqui y por allá. Pero seguramente esa persona habría decidido no continuar con su trabajo al haber oído los rumores que circulaban sobre la antigua piscina. Era poca la gente que los conocía, y menos aun la que los creía, pero la gente que los había vivido de primera mano, principalmente adolescentes, aseguraba que no eran ningún cuento de críos para crear algo de lo que hablar, sino que eran hechos verdaderos, y que merecían una investigación para averiguar la causa de tales accidentes.

El los conocía, y, aun así, estaba ahí, en medio de lo que antaño había sido la piscina, rodeado por ratas y escombros. Era un muchacho que tendría aproximadamente 16años, era alto, e iba ataviado con una oscura capa que impedía verle el rostro. Llevaba esperándola una media hora, y había empezado a asumir que finalmente no aparecería y que le daría planton como las otras muchas veces que se había citado con ella en ese mismo lugar. Pero descarto esa idea inmediatamente de sus pensamientos cuando oyó un sonido parecido al crujido que hace una hoja al ser pisada, y por una vez, se le ocurrió pensar si ellano acudía a sus citas, o simplemente el no la veía, o no sabia verla.

Por fin se digno a dar el primer paso:

- Me gustaría pensar- dijo. Su voz era grave y tenia un deje de temblor- que has asistido a nuestras demás citas, y que yo no he sabido verte. Pero si es así, dime, Aileon, ¿que sentido tenia venir, y perder el tiempo esperando a ver si captaba tu presencia? Por suerte hoy no has sido tan silenciosa como, supongo, acostumbras a ser, pero si no, ten por seguro que podían haber pasado 5años hasta que hubiese advertido que estabas entre las sombras.

Silencio. Solo eso, silencio. Empezó a pensar que tal vez no había oído nada, y que había sido fruto de su imaginación. Pero de repente entro algo de luz entre los agujeros del techo y pudo ver a una mujer acercándose a el. Iba con la cabeza alta, el cabello rubio recogido en una coleta y los ojos grises mas oscuros que nunca. Iba vestida con un largo y ancho vestido purpura, que dejaba poco lugar a la imaginación. Pero al igual que la otras veces que la había visto, le había producido respeto, un respeto que seguramente si no se lo daba, se volvería contra el, y no saldría muy bien parado. Estaba seria. Movió la boca:

-Te equivocas - su voz era dura y producía escalofríos - no he venido a todas. Como tu dices no tenia sentido, sabia que no habías encontrado lo que te pedí. Pero aun así me gustaba cuando tenia tiempo libre, venir a verte rodeado de ratas y asimismo, morderte les uñas. El caso es que ya me estaba hartando de ver siempre el mismo panorama. Así que, como ves, he decidido darte una pista para ver si te dabas cuenta de lo ciego que estabas, y por suerte la has sabido aprovechar. Así que dejame que te advierta, antes de que empiezes ha hablar, que como no me vayas a decir algo importante, te puedes ir dando la vuelta. Puesto que sabes que si no acabarás como los demás.

Y vaya que si lo sabia. Había visto a los demás sirvientes de Aileon morir entre horribles espasmos. Esta se había arrepentido más tarde de sus actos. Pero el sabia que podría hacer otra vez lo que había hecho muchas otras.

Aun así se atrevió a llevarle la contraria.

-A otros tal vez, pero ¿a mi? No me hagas reír Aileon. Y dejame que diga que pensaba que no venias por lo ocurrido la última vez.

Era mentira, no lo pensaba. La ultima vez habían acabado el uno en los brazos del otro. Suponía que no lo había olvidado, pero aun así se lo recordo con el fin de ablandarla un poco. Pero no funciono.

-No- dijo con su voz gutural y fría - no lo pensabas. Y sabes que soy capaz de hacerlo ahora mismo, si no me dices en menos de treinta segundo si ha cambiado algo respecto a lo que te pedí.

A el, Aileon ya no le daba miedo. Antes si, pero ahora que tenia lo que Aileon queria, sabia que esta no le pondría una mano encima.

- Hubo una señal -ella fruncio el entrecejo, con aspecto de no entender a que se refería,pero, aun así, se tenso - el otro día. Fue apenas un segundo, pero la localice, y - imito su tono de voz - ten por cuenta que si lo he hecho una vez, lo puedo hacer mas veces.

SARONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora