III.

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Estoy castigada.

En mi segundo día de clase no me presenté.

Pensé que los maestros no se percatarían de mi ausencia pero sí, lo hicieron. Nada más terminar el día escolar, llamaron a mi madre y le fueron con el chisme.

"¿Qué? ¡Si yo misma la dejé en la puerta!"

Mamá sigue enojada conmigo, y no se le ocurrió mejor castigo que quitarme el teléfono móvil durante una semana.

No sabes pero es la primera vez en mi vida que falto al colegio, y para colmo a unas clases que apenas van comenzando. Entiendo el enfado de mamá pero creo que no es para tanto. Siempre hay una primera vez ¿no?

Ella pidió explicaciones. Me inventé la mentira del siglo. Suena horrible pero no me quedaba otra opción. Era eso o que me arrancase la cabeza. Dije que había ido al centro comercial, sola.

Otro de los motivos por el que casi se vuelve loca.

Cuando era pequeña, más o menos de seis años, en un centro comercial, desaparecí frente a los ojos de mi madre. La pobre casi la trasladan a urgencias cuando vio que no estaba a su lado y que no aparecía. Tardaron dos horas en encontrarme y cuando por fin dieron conmigo, estaba sentada en la arena de un parque cercano. Un señor mayor estaba sentado a poca distancia de aquel parque. Le explicó a la policía que me vio llegar y jugar en la arena, él pensó que su madre se resguardaba del sol en algún árbol cercano y que la vigilaba de lejos.

Parece ser que mamá sigue con secuelas del pasado.

Pero como te dije antes, era una mentira. No estuve en el centro comercial. Nunca llegué.

Estuve en tu casa. Contigo. Solos, tu y yo.

Anoche, antes de acostarme, recibí tu mensaje.

"Mañana no iré a la Uni, te invito a desayunar ;)"

"Ok :)"

"¿Y tus clases? O_O"

"No me extrañarán"

"¿Es mi imaginación o mi SunHee se está volviendo una rebelde sin causa?"

"Rebelde siempre, sin causa nunca ;) Te veo en la salida"

"Me das miedo xD, descansa"

Por supuesto que no descansé, lo intenté, pero no pude. Sin embargo, varias horas después caí como peso muerto en tu cama. Cuando desperté me sentía como si hubiese dormido en una nube y con los ángeles custodiaban mis sueños.

Abrí los ojos y vi la habitación con poca luz, esta se filtraba por las rendijas de la persiana. Intenté moverme pero un peso encima de mí me dejó paralizada. Dormías con la cabeza entre mis pequeños senos, y todo tu pecho aplastando mis costillas. Tu cabello rubio me hacía cosquillas en el cuello. De tu boca emergían ronquidos suaves, prueba suficiente para darme cuenta de que tu sueño era profundo. Miré el reloj y respiré aliviada, aún era de día y no tenía llamadas perdida de nadie por el momento.

Dejé todo de lado y me concentré en pasar mis manos por aquella mata de cabellos claros y reflexionar en lo que era mi nueva vida contigo. A penas empezábamos aquí, en Corea y era como si siempre nos hubiéramos conocido de esa forma. Fue un poco vergonzoso al principio pero después besaste mi cuello y me olvidé de todo. Lo único que podía hacer era dejarme guiar por tus manos calientes, tus labios húmedos y tu fragancia a jabón y perfume.

Abrirme a ti me acordó a como se abren los pétalos de una rosa. Ellas están fuertemente cerradas y no se abren hasta que el primer rayo de sol no las acaricie con su luz.

Ahora que escribo esto me hacen gracia tales comparaciones. Suenen cutres.

Pasado un tiempo te desperté, la posición en la que estabas empezaba a incomodarme la espalda. Te moviste como un perezoso, te restregaste los ojos y me miraste. Tus ojos todavía brillaban después de lo que hicimos. Me mordí el labio inferior a la vez que sonreía. Tu rostro somnoliento, sus cabellos revueltos y sus labios hinchados te hacían parecer a un niño inocente y hambriento.

Ni siquiera me diste tiempo a moverme cuando te reclinaste a mi lado, me tomaste de la cintura y me impulsaste hasta quedar mi espalda pegada a tu cuerpo. Llevaste un pie encima de mis piernas y aprisionaste mis caderas en tu mano grande. Me puse dura, con los ojos abiertos de par en par, sólo sintiendo cómo deslizabas tu mano sobre mi vientre, descendías lentamente a mi pelvis, escuchando tu respiración, densa, honda... hasta que te quedaste dormido.

O eso creí.

Tu voz ronca y suave me susurró palabras llenas de inocencia y erotismo. Tanto que, de sólo pensarlas mi cuerpo vuelve a encenderse. Creo que lo mejor sería dejarlas en la memoria y recordarlas cuando volvamos a vernos. Mejor aún, cuando estemos solos de nuevo.

Me encanta todo de ti. La forma que tienes de contonearte dentro de mí; de hacer que mi espalda se arquee buscado tu contacto, el efecto calmante que tienen sus besos cuando llego al límite de la locura, y tus manos sobre mi piel.

¿Cómo crees que le voy a decir a mi madre dónde y con quién estuve?

Ni siquiera tengo el valor de mirarle a la cara.




[***]

La cosa se pone sabrosona xD

Kisses everyone.

-Eri

YOU; wang [a.u] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora