Quiero un Algodón de Athucar → HunRene

n u e v e

Contrincantes

🍨🍧

Irene arrastró la fregona con suma pereza sobre el piso de la parte trasera de la chuchería, habían unas gotas de sudor bailando en su frente pero estaba bien, el trabajo le distrajo de muchas maneras. Estaba acompañada de Chanyeol, y su jefe Joonmyun quien se encontraba haciendo inventario, y apenas tenían unos cuantos minutos de haber cerrado el lugar.

El día estuvo relativamente bien, y por «relativo» en realidad se refería a que no había visto a Sehun en ningún momento, de hecho, si contaba bien, no veía a Sehun desde hacía exactamente cuatro días, y contando.

No lo planeó, simplemente decidió un día después de la cita, que no quería ver a Sehun por un rato y que iba evitarlo, caía como anillo al dedo a su proceso de depuración de sus sentimientos por él; y no era fácil, no se crean, tenían el mismo círculo de amistad, además de que Sehun acampaba en la chuchería, pero de alguna manera lo logró. Irene estaba con el grupo a destiempo de él, lo evitó en los pasillos, entre medio de clases y en el cafetín, y al final, Sehun mismo como que terminó dándose cuenta de la situación porque no piso más la chuchería.

Y estaba bien, Irene estaba bien.

Sin embargo, su cabeza le gritaba «mentirosa» a cada momento, y ella lo sabía, porque Sehun actualmente, era parte de su día a día, con sus pedidos y seseos le hacía reír y algo dentro de ella florecía cada que cruzaban miradas, o sonrisa, por efímera que fuera. Era la persona de la cual se había enamorado, tampoco era la chica maravilla como para creerse que de verdad iba a estar bien, y que su corazón lo iba a aceptar tan fácilmente.

Pero fingir nunca estaba demás.

-¿Estás bien? -preguntó Chanyeol, mismo que estaba delante de ella con sus rulos prácticamente delante de toda la cara y una clara expresión de preocupación.

Irene no supo cuándo llegó, sus pensamientos claramente estaban dispersos por todas partes y le enervaba no poder controlarlos, no poder ser ella misma; ni siquiera era porque había terminado una relación, básicamente, todos sus males radicaban en que nunca había existido tal relación.

-Sí, estoy bien.

-No me parece.

Por más tonto que Irene hubiese querido tomar a Chanyeol, él no lo era. Con sus ojos siempre pequeños por sus constantes sonrisas, sabía cómo leer a las personas, además, Chanyeol más que nadie sabía de relaciones extrañas, y malestares causados por un mal amor.

Chanyeol era todo un campeón, nada más y nada menos, porque soportar a Baekhyun era cosa de valientes, de gladiadores.

-Es que... todos los seres humanos estamos dormidos mientras pensamos que todo está bien -dijo ella, cabiz bajo-. Siempre hay un reloj que te despierta y te conecta a la realidad...

Chanyeol frunció el entrecejo, no entiendo el punto de Irene.

-¿Y tu punto es...?

-Que mi reloj dice «Hecho por Oh Sehun».

Lo bueno de Chanyeol era lo fácil que podía entender todo un asunto con apenas unas cuantas palabras del tema; Irene no tuvo que ser en extremo detallista con los hechos de su cita (así como había tenido que ser con Taeyeon, su hermana), rápidamente, Chanyeol, lo había pillado todo.

Y ahora estaban comiendo helado en el piso de la cocina, mientras Chanyeol despotricaba a Baekhyun.

-Mira, vale, tienes que entenderme, él es tu amigo, tú lo conoces -siseó, con un montón de yogurt de fresa los labios-. ¡Es taaaan indeciso! Nunca ha dicho que me quiere, pero yo lo sé, Ire, sé que me quiere, que le gusto, pero es como si tuviera una puta piedra en la garganta que le impide decírmelo, y aún más, demostrármelo.