PREFACIO

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Aumento mi velocidad tanto como mi cuerpo es capaz de resistir. No me permito voltear ya que aquellas personas que me persiguen son mucho más veloces que yo y eso se debe a que mis captores son hombres jóvenes, muy ágiles. Por el contrario, yo no me puedo esforzar. Me encuentro herida y no solo eso, también embarazada.

Sostengo mi vientre de 8 meses con mi mano derecha. En la izquierda se encuentra mi arma. Sabía que en algún momento me atraparían así que debía estar preparada para lo peor. Caigo de rodillas en cuando siento contracciones.

-Vamos pequeño, soporta un poco más- Le hablo a lo que en algunos meses será mi bebé de carne y hueso. La verdad es que, en parte, no solo le hablo a él. También, trato de convencerme a mí misma que lo lograré. Es tan difícil, no saben cuánto. Pero, lo lograré, lo haré por él. Él será un hombre fuerte. Yo lo sé, mi corazón me lo dice-. Saldremos de esta. Te lo prometo.

Saco las fuerzas que aún me quedan y la esperanza que aún abunda en mí. Me echo a correr otra vez. ¿Una embarazada corriendo? Sí. Haré eso y mucho más por mi pequeño.

-¡Elise!- Demonios. Escucho su lejana voz, aunque sí puedo entender lo que dice y que se dirime a mi. Ese maldito se acerca-. ¿Sabes lo patética que estás siendo al intentar escapar? Ven de una maldita vez. Tienes algo que me pertenece y que es muy valioso.

-Vete al demonio, maldito- le escupo con ira. Este se hecha a reir.

Sigo corriendo. Mis pies duelen, estoy descalza e incluso empiezo a dejar manchas de sangre por donde piso. Todo es a causa de las piedras, armas y hojas secas del bosque que estoy atravesando.

-Tarde o temprano te tendré en mis manos, pequeña idiota.- Suena molesto. Me vale-. Pero, si quieres seguir divirtiéndome, no te detengo. ¡Suelten a los cachorros!

Eso hace que me alarme más. No solo tengo que esconderme y huir de personas, sino también de animales. Lo peor es que estos también son parte de sus atroces experimentos.

Cualquiera que sea mi destino, espero que él, sea el que se libre. Tal vez, yo ya no lo soporte, pero él es más fuerte. Aunque... esto no es más que el principio de lo que nos espera.

Frutos que dan vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora