Hogar, dulce hogar.

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Más sin embargo, Add levantó su propia mano llevándola al mentón de Ara.. Puso un dedo sobre su labio inferior y lo frotó con levedad.

"-¿Por qué su sonrisa no desaparece..?"

Simplemente continuó con aquella caricia hasta que el llamado de su Mayordomo interrumpió, Add quitó la mano de la mejilla de Ara y miró hacia otro lado levemente, sin hacer ningún movimiento brusco. Después de aquellos minutos no sabia que pensar de aquella chica la cual ni siquiera conocía su nombre, pero si su sonrisa de mejilla a mejilla.. 

Ara se levantó y antes de salir dijo..

"-Mi nombre es Ara.."

Después de decir aquello salió de la habitación en busca de su llamado, pero caminaba desconcentrada ya que Add hasta el momento no había comido nada y también aquellas manchas cafés en su camisa.. Y así fue durante días.

Un día Ara había perdido la esperanza así que decidió ir por la noche a dejarle la cena y quedarse esperando detrás de la puerta escuchando con atención.. Realmente no oía nada, solo un simple grillo.. Pero cuando menos lo esperó, he ahí lo que oyó. Un llanto de un niño pequeño que deseaba a su madre, que quería abrazarla de nuevo, dormir entre sus brazos y regresar a casa..

Ara minuto tras minuto se le salían las lágrimas, no soportaba escuchar aquello, sin pensarlo dos veces entró a la habitación casi golpeándose con la puerta, Add la veía venir más no tuvo el tiempo para reaccionar cuando Ara ya lo tenia entre sus brazos, la cara en su pequeño pecho, acariciando su cabello, sosteniendo la muñeca de la mano con la cual se rasguñaba el ojo. Ara hablo con una suave y temblorosa voz..

"-No tengas miedo.. Ya estas en casa.."

Add levantó la mirada para verla con algo de sorpresa, su propia cara tenía lágrimas normales y de sangre, más la cara de Ara tenía un gran sonrisa pero tampoco dejaba de llorar, una sensación tan cálida recorrió la mente de Add que este simplemente llevó las manos sercas de la cintura de Ara, la rodeó con sus brazos y la apegó a él para así quedarse unos minutos.

Desde aquel día Add desayuna, comía y cenaba como era necesario más Ara le contaba alguno que otro cuento para que se durmiera.. Add conservaba su inexpresivo rostro año tras año pero de cierta manera crecía y iba tomando afecto por Ara sin que ella lo supiera.

Han pasado 8 años desde entonces, Ara tiene 16 y Add 18, es 19 de Diciembre, se acerca el gran baile navideño y no sólo eso..

Yes, my Lady..Where stories live. Discover now