Yes, my Lady..

Infancias difíciles.

Hace no muchos años, en una tierra la cual era gobernada por la familia Haan, tierras cuyo clima solía ser frío y frecuentar nevadas en invierno, habitadas mayormente por gente de mediana clase, caballeros de gala y mujeres hermosas en vestidos y gráciles sombrillas, de entre las cuales una resaltaba por su gran belleza y la nobleza de su sangre pura, la princesa llamada Ara de tan sólo 8 años con una linda cara de ángel, era el orgullo de la familia. Era una dulce princesita que frecuentaba darle vueltas al castillo ya que no podía salir del mismo, a veces se encontraba con pequeños animalitos por ejemplo: Conejos, pájaros, pescados(Había un pequeño estanque en una de las partes del jardín real).

Más sin embargo en un lugar no muy apartado de aquel castillo había una pequeña choza en la cual vivía un científico loco llamado Zorn. Él era muy curioso de experimentar con seres con vida(Animales), principalmente con ratas y conejos. Más no satisfacía sus ansias por ver aquella reacción, esta vez lo haría con un humano.. Y no tardó mucho cuando el señor salió por la tarde a un parque con una multitud, se adentró rápidamente entre todas las personas y cuando menos se lo esperó ya tenía a su presa delante, era una madre ocupada con su amiga mientras su hijo la miraba con una sonrisa en el rostro, como si fuera su diosa. Zorn, no dudó en acercarse con un pequeño pañuelo blanco el cual estaba mojado con algo de cloroformo y cubrir la boca del niño con rapidez para que no gritara o se quejara, lo tomó en brazos y rápidamente se escapó de ahí sin dejar rastro. Varias horas más tarde el niño despertó, era un pequeño de facciones albinas, con un pelo blanco más tenía un toque muy leve de morado. Este estaba atado a una cama, con cadenas de acero, el científico, Zorn. Se acercó con una aguja enorme, las pupilas de el niño se contrajeron al ver esto, se llenó de miedo algo ver al rededor. No estaba su madre, todo estaba oscuro y no estaba más que ese señor el cual le hizo e inyectó demasiadas cosas esa noche, al día siguiente fue igual. No daban las reacciones que él quería, incluso se preocupaba porque se hacía muy fuerte, por las noches gritaba y forcejeaba las cadenas con dolor, se retorcía y incluso llegaba a salirle algo de sangre por diferentes orificios(Nariz, oídos, boca,ojos.).. Y sucesivamente, ya no aguantaba ni una inyección y cortadura más, Zorn, tenía planeado algo más grande así que lo trasplantaría a una jaula más grande, fue hacía aquella cama en la cual tenía al niño. Estaba desatando una de las primeras cadenas cuando alguien tocaba la puerta, era muy raro porque estaba algo apartado del pueblo y esas cosas, salió de inmediato a atender más dejó las llaves cercas de una mesa que estaba ahí. Sin darse cuenta también había desatado por completo una de sus manos lo que le dio libertad a tomarlas, desatarse y salir por la puerta trasera, apenas podía pararse, había estado semanas ahí, sufriendo aquellas inyecciones y cortadas dolorosas, quería irse aún así fuera arrastrándose.Después de unos minutos corriendo se tropezó con una rama de árbol, estaba completamente cansado, sin fuerza comenzó a arrastrarse llorando sin soltar quejido alguno, sentía dolor en su ojo derecho el cual tenía el parpado oscuro y la pupila violeta de la cual desprendía una leve esencia que se hacía notar a simple vista, paró y comenzó a rasgarse el ojo por encima diciendo:"-¿Por qué..? ¿Por qué a mí..? Maldigo el día en que nací.."Se mantuvo así un rato hasta que siguió arrastrándose, a lo cercano vio un pequeño arbusto de fresas, hace días que no comía así que cuando se acercó lo suficiente comenzó a comer algunas con dificultad, apenas podía ver, su vista se distorsionaba a falta de agua y cuidados. Después de todo era un niño aún.

Un guardia que vigilaba esa zona vio a aquel cuerpo tendido cercas del arbusto por lo que fue a él y lo levantó del lomo, como si fuera un animal rastrero, al levantarlo pudo observar que aún respiraba así que lo primero que se le ocurrió fue llevarlo dentro del palacio y acusarlo frente a los reyes. Al entrar Ara estaba cercas de la puerta lo que le dio curiosidad y lo siguió de cercas hasta que entró a la sala principal donde frente a un gran salón de baile habían unos escalones que llevaban a los tronos del rey y la reina Haan, en ellos estaban sentado ambos, discutiendo por la economía del pueblo, estaba estable pero igual deberían estar al pendiente, el guardia se presentó con una leve cortesía para después decir lo que vio cercas de ese arbusto, la reina habló cortando la dicha descripción del guardia diciendo:

"-¡Ya basta!.. Que le corten la cabeza."

Al escuchar esto, Ara se adentró rápidamente a la sala y dijo con algo de miedo:

"-¿Madre..?"

La madre en cuanto vio a su niña retiró aquella orden y simplemente le dijo al guardia que lo dejara en donde lo vio, Ara salió tras de él y comenzó a pensar en lo que dijo el guardia, donde lo encontró así que se puso delante de él y habló con voz firme:

"-Le ordeno que deje al niño en el suelo y se retire a su posición de vigilancia, de lo contrario le informaré al rey que se negó a cumplir una orden de su superior."

Sin más opción soltó a aquel pequeño y se fue, Ara como pudo lo subió en su espalda y lo llevó a un pequeño escondite, una habitación secreta de aquel castillo. Algo que nadie sabia, lo recostó en una cama que había ahí y corriendo fue a traer algo de agua caliente, toallas y algunas medicinas para sus heridas.

Mojó una de las toallas y limpió con cuidado su piel, estaba sucia y maltratada, con piquetes de agujas.. Sus brazos son los que tenían más marcas, por lo pronto solamente limpiaba sus codos, ponía algunas cremas y los vendaba con cuidado.. Tenía mucho miedo de tocar su ojo el cual estaba cerrado y lleno de sangre con algunos cuajos..

Y cuando menos se lo esperó, abrió su ojo, sostuvo su muñeca en la cual tenía la toalla ya sucia, se le quedó viendo.. Su alma reflejaba tanto miedo e inseguridad que Ara no mencionó ni una simple palabra.