Si decido quedarme [Yui Komori] |Editando|

3.Porque sabe que no son tan malos.

Adolorida, me levanté de mi cama, era temprano, por el sol deducía que era mediodía... Había dormido muy poco, pero sabía que los Mukami eran lo contrario a los Sakamaki, a los primeros no les gustaba tanto la vida nocturna por haber sido humanos; así que debía levantarme pronto, si quería compensar mi ausencia del día de ayer, debía empezar rápidamente.

Fui al baño y me miré en el espejo, los moretones eran más notorios ese día.., suspiré y salí, no quería seguir viendo mi deplorable estado.

No me moleste en desayunar algo, solo me dirigí al jardín de cultivo de Yuma, encontrándome al nombrado allí. Compartimos unas pocas palabras: me había preguntado cómo me sentía, yo solo le respondí que estaba bien, que no se preocupara. Luego lo ayudé a regar unas plantas y a recoger un par de frutas, como solíamos hacer antes cuando residía allí.

Luego de un rato me sentí realmente mareada, debía haber ingerido algo. Al parecer Yuma-kun no lo había notado, porque cuando volvimos a la mansión bebió mi sangre a la fuerza.

Y aunque lo hubiera notado lo habría hecho igual ¿Verdad?

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Me desperté en el suelo de la cocina, por lo que deduje que había perdido nuevamente el conocimiento, con dificultad me levanté sosteniendome con la mesa, y al costado de mi mano vi una plato con frutas varias, de las que habíamos recogido hoy. Había una nota junto al plato:

"Cocina algo con esto y tráelo para que vayamos a comerlo a donde tú quieras."

Sonreí y me dispuse obrar, me entretenía y relajaba el cocinar, además de que me daba tiempo para meditar. Luego de un rato hice varios pasteles pequeños como para todos los integrantes de la casa. Dejé tres en un plato, tapados con un tapper transparente con un pequeño cartel con cada nombre, esperaba que les gustaran. Cuando ya tuve todo acomodado salí con los otros dos en una pequeña cesta, junto con una bebida de naranja.

Me encaminé a encontrarme con Yuma-kun, al encontrármelo le dije que no me molestaba quedarme en el jardín, ya que me daba igual; pero insistió en que si me estaba dando la oportunidad de que elija un lugar sería inteligente que sea afuera.. asi que terminé decidiéndome por ir a un parque no muy concurrido que veía cuando íbamos al instituto.

En esa tarde hablamos sobre temas triviales mientras comíamos, para mí sorpresa en un momento me preguntó si quería volver por si estaba adolorida por la paliza de ayer, pero me negué restándole importancia.

Por un momento había olvidado que era una novia sacrificada, hablábamos con tanta confianza que podríamos tranquilamente ser confundidos como unos simples amigos... Aun que sabía que era momentáneo, y que tendríamos que volver a la mansión y las cosas volverían a ser como siempre; pero estaba contenta, muy contenta, porque había sido una tarde tranquila y agradable.

Una tarde que recordaría el resto de mi vida.

[Editado 4/12/2017~]