Le aposté al uno, el día en que le vi.
Uno por cada nervio que fluía al ir a su encuentro. Ya que mientras unos que van por la vida sin saber quien se cruzará en su camino, yo me armaba de valor porque sabía que esa puta sonrisa volaría mis sesos.
Mi corazón cayó,
Y su sonrisa lo recogió.
Ni hablar cuando me abrazó, lo devolvió mucho más vivo.Uno, porque la vida no empezó a vivirse hasta que me miró (Imagínate que pasó cuando me besó)
Uno,
porque así debímos ser.Una inclinación dio mi alma a su favor y he aquí rogando su amor.