Te marchastes sin avisar, dejandome con un adiós atascado en la garganta y un te quiero en el pecho.
Te fuiste.
Y la vida pasó como si todos los días fueran lunes.Aprendí que los adioses más difíciles son aquellos que no quieres pronunciar.
Que no importa que tanto duela, la vida continúa sin marcha atrás.En unos años dejaré de ser la chica que te hacia reír, los años me caerán encima y olvidaré lo que tanto te recalcaba.
Pero tu..
tu no te preocupes cariño,
seguirás igual para mi.Me da miedo olvidarte, porque eso implicaría borrar un pedazo de mi.
Me enseñaste tanto en vida que aún después de muerto, seguí aprendiendo.
Me quedo con tu cariño, que tan puro y divertido fue para mi.
Si ves que te olvido, búscame en sueños. Siempre es bueno volverte a ver.