Cuando la ví, supe que no era chica común, no podía serlo, había algo en su alma que arañaba la mía.
Parecía un chica tímida, con pena de actuar, de esas que les da miedo hasta caminar, así que la tomé de la mano y le dije: ven conmigo.
Ella, ella no era lo que pensaba.
Ella era un carbón ardiente consumiendo mi ser.
Ella era fuerte, mas fuerte de lo que imaginaba.
Ella era locura, te llevaba al límite del placer y del fastidio.
Ella era muerte, acaba con el ser y las entrañas.
Ella era vicio, un vicio que te acaba.
Ella me acababa, y yo..
Yo solo la dejaba ser.Ella era mi todo, ella era mi escondite.
Yo la llamaba cariño.
Mis padres la llamaban desorden alimenticio.
