Capítulo 7: Cariño Compartido

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Así pues, con los días libres ganados y con Charlie algo despistado, Mike pudo alejarse unos días del circo, saliendo de la rutina que todos los días desde que tenía siete años seguía; tenía miedo, todo el mundo lo tiene en su interior. Pero se sentía bien, se sentía libre y preocupado por su futuro.

Saliendo de su remolque, se dirijía hacía donde Alessio. Todo estaba listo, esta vez había empacado unos cuantos Canestrelli de más para la merienda sabiendo que se quedaría ahí todo el día, estaba preparado, salvo que... Había recordado algo crucial:

"Si no tienes el traje no puedo ayudarte"

Firma: "A"

La carta que Alessio le había dejado a Mike, estresaba un poco, siempre que se sentía listo para salir aquella estorbosa caja le bloqueaba el camino ¿Cómo se suponía que iba a llevar una caja de ese tamaño tan lejos? Pensarlo le causaba más fatiga que el viaje en sí. Mike pensó en dos alternativas (Descartando la idea de portar el traje sin saberlo usar): la primera opción era tener que cargarlo desde el inicio hasta el final del camino aún estando en el transporte público, la segunda era un poco más sencilla. Pedir ayuda a uno de los cirqueros para llevar la caja en un auto hasta la casa de Alessio, eso era algo más fácil, así que rápidamente entró al remolque, se dirigio hacia donde estaba la caja y ... No estaba.

Mike entró en pánico, no sabía que hacer y tampoco podía faltar a su encuentro con Alessio porque este terminaría sospechando algo. Así que entre esas dos opciones y un terror inimaginable (imaginense perder un símbolo nacional de Italia y de tu familia) opto por ir con Alessio y tratar de que no preguntara mucho por el traje, aunque eso sería imposible, ya que, en algún momento tendría que ser mencionado, pero no tenía de otra.

Ya en el transporte público, Mike trató de recordar donde había dejado esa caja, de hecho cuando recordó el día que se estrello tratando de volar ni siquiera se había llevado la caja, solamente el traje, así que no tenía ni idea de donde estaban ambos, nadie pudo haberla tomado, pues casi nadie sabía de su existencia. El paradero de la caja y el traje era un completo misterio.

Después de tomar tres transportes, llego a la casa de Alessio, al pararse frente de ella sus piernas comenzaron a temblar de nervios ¿Cuál sería la reacción de Alessio? Pero no se detuvo, aunque le costará, debía de encarar la situación, no podía ser más alguien tímido, así que se paró frente a la puerta y tocó el timbre. Esperó un pequeño tiempo ahí hasta que le atendió Bianca. Por cinco segundos, antes de reconocer a Mike, se veía inexpresiva. Pero al verlo le sonrió...

-¡Ciao!- Mike la saludó amablemente, y ella le correspondió el saludo...

-Ciao. Pasa, llegaste algo temprano.

-si, bueno, es que ayer estuve muy tarde y hoy estaré todo el día.-

ambos pasaron a la casa y lo primero que Mike escuchó fue la voz de Alessio en el fondo. Esta parece estar hablando por teléfono de manera muy seria y esto inquietaba e incomodaba un poco a Mike. Por un segundo creyó que había llegado en un mal momento. Escuchó junto con Blanco la conversación...

- Sí no te preocupes... No, estoy bien en serio, es sólo que cuando estas cosas pasan algunas personas no saben ni cómo reaccionar... Aja... Por supuesto... ¡NO! No puedes hacer eso... Eso es porque él quería, no porque nosotros lo necesitáramos... Sí, créeme yo le dije que no, pero él insistió... Por eso no te preocupes sólo conseguiré algún trabajo o algo así pero...- Alessio notó la presencia de Mike, el estaba escuchando mientras lo miraba desde la esquina de la casa.- Mira, te llamo luego. ¿Esta bien? Estoy ocupado... Si, Ciao.- y colgó la llamada.

Luego se sentó en la mesa algo inquieto. Mike dudo al principio pero Entonces pregunto...

-¿hay algún problema?

El Legendario Proiettile (1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora