Estar de pie frente aquella hermosa construcción me hacia emocionarme tanto que olvide con quien me acababa de casar, con alegrÃa levanto la falda del vestido para correr hacia la puerta la cual antes de que yo entre se abre dejando ver a un joven hombre de cabellos negros el cual vestÃa de mayordomo.
— Oh, ¿ya conociste a nuestro mayordomo? Este hombre hace milagros de un simple grano de arena. — DecÃa G! Quien se acercaba hasta mi para tomarme de la cintura y asà hacerme entrar, tras nosotros pude escuchar la puerta cerrarse mientras que yo miraba a mi alrededor, todo era antiguo, una decoración tan hermosa.
Me aleje un poco de G para mirar lo que me rodeaba con mas detalle, estaba tan cautivada por todo aquello que no escuchaba de lo que hablaba mi actual marido con aquel hombre hasta que este se puso detrás de mi e hizo una reverencia.
— Un placer servir a la casa de los Skeleton, mi nombre es Merrick y es un gusto conocerla, mi señora. — al terminar de decir esto se incorporo nuevamente para mirarme directamente a los ojos mostrando una amable sonrisa a la cual yo correspondi de igual manera.
— El gusto es todo mio Merrick, G, ¿puedo ir a ver el resto de la casa? —
— Claro que si, vamos. — camino hasta mi para tomarme de la cintura y llevarme con el.
Vimos cada habitación de aquella inmensa casa, solo me pidió que no saliera al jardÃn hasta mañana por la mañana, que era una sorpresa para mi, yo me consideró alguien horrible a la hora de las sorpresas, si me van a dar algo que sea en ese momento.
Tras terminar el recorrido subimos hasta muestra habitación a la cual entre muy contenta, ya la habÃamos visto pero aun asà me habÃa gustado tanto que me ponÃa feliz volver a ella. Ya dentro fui hasta la cama donde me senté para después dejarme caer de espalda.
— Pareces muy contenta. — decÃa G a lo lejos, parecÃa estarse quitando la chaqueta y la cinta del cuello. —
— Eso es muy poco decir a como estoy, siempre me gusto este tipo de casa y decoración. —
— Lo se, por eso lo compre para ti. — cuando dijo esto lo escuche mas cerca, el problema es que no me di cuenta de que tan cerca estaba hasta que lo tuve sobre mi, quede atrapada entre sus brazos con su rostro a centÃmetros del mio.
— ¿¡Pero que haces G!? ¡quitate de encima! — lo intentaba empujar mas no podÃa, era demasiado pesado.
— ¿Porque deberÃa? Ahora estamos casado, debes darme lo que por años estuve añorando. —
— ¿A que te refieres? — tenia el presentimiento de saber a que se referÃa mas opte por no creerlo capaz.
— De tu virginidad querida, no podrÃa hablar de otra cosa. Finalmente tendré la flor de la mujer que yo mas eh amado. —
« — Flor: Virginidad, es una forma mas educada de referirse al himen. »
— ¿¡Que!? No no no no no, yo no te daré nada, además, si me amaras tanto no hubieras estado tan cerca de aquella chica en la cueva y en la boda, además de que no te habrÃas acostado con AmelÃa. Pedófilo pervertido. — estaba nerviosa pero también enojada, sabia que G si querÃa me podÃa forzar mas estaba segura de que una patada en la entrepierna la iba a calmar.
— De eso tu tienes la culpa, no me dejaste tenerte antes y yo enserio necesitaba un poco de sexo, soy un hombre y tengo necesidades. — ¿me esta culpando a mi?...
— Tus necesidades no son problema mio G, quitate o haré que te quites. — estaba decidida, lo iba a patear.
— Jo, que mala eres mi dulce y querida esposa. Tranquila, haré que te sientas bien. — el se acerco a mi para besarme pero antes de que pudiera siquiera tocar mis labios estuve apunto de patearlo cuando el con una de sus manos detuvo el golpe. — Sabia que harÃas eso. —
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Mi vida junto a un esqueleto.
FanfictionSecuela de "Mi boda arreglada. " Esta vez nuestra amada rayis nos relatara lo sucedido en su vida de casada, los buenos y malos momentos que paso junto a su ahora esposo. -• Los personajes no me pertenecen. -• Las imágenes no son mías. -• Derech...