Capitulo 3.

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Los minutos pasaron después de que me encontré con la NO grata sorpresa de la habitación para el bebé, no podía comprender el como un supuesto hombre de ciencia podía ser tan idiota, tal vez llego a ese puesto por ser el hijo del científico real.

Estaba recostada sobre el sofá que se encontraba en la habitación mientras disfrutaba de una barra de chocolate, eran de las mismas que Sans me ofreció anoche, tal vez podían tener droga también, pero meh, quería chocolate.

Mirando el elevado techo me quedo pensando en que podía hacer para hacerle ver lo estúpido que era el hacer la habitación del bebé desde tan pronto, y encima sin hacer alguna prueba de embarazado.

« — Aunque... Ahora que lo pienso, ¿y si tiene razón? — »

Me quede pensando un momento en lo que había dicho sobre el periodo de embarazo de un monstruo a un humano, levantándome dejo el chocolate a un lado para así caminar hasta la cama donde justo encima de las sabanas se encontraba la dichosa prueba de embarazado.

Tomando esta voy hasta el baño en el cual me encierro, no quería visitas sorpresas de Sans en ese momento, ni en ninguno en realidad. Sacando la prueba de embarazado me dispongo hacerla justo como en la caja decía, después de esperar el tiempo apuntado en el cartón me levanto con alegría para después acomodar mi ropa y salir de ahí contenta.

Sintiéndome mas ligera salgo de la habitación dando brincos de alegría para así ir hasta la dichosa habitación del bebé donde me encuentro a Sans con el celular en la mano, al verme parece confundido de mi alegría.

Creí que ibas a estar molesta por la habitación. — decía G desconcertado por mi buen humor.

Nada de eso, vengo a mostrarte algo.~ — sin hacerme esperar más le acerco la prueba de embarazo al rostro.

Sans ante la repentina sorpresa dio unos pasos atrás para así tomar con cuidado la prueba y mirar esta con detenimiento, sin borrarse aquel gesto de confusión dirige su vista en mi dirección.

¿Eso es todo, princesa? Tengo cosas que arreglar aquí. — borrando aquel gesto forma una sonrisa para volver a mirar su celular.

¿Pero que dices? ¡quiero que tires todo esto! — su indiferencia me enojaba mucho.

No tiraré nada, que la prueba diga eso no significa nada, a las humanas la prueba se hace a los quince días, los esqueletos no la necesitan ya que se nota ese mismo día. Tal vez tu tienes otro periodo, recuerda que te acabas de acostar con un esqueleto, es normal que sea distinto al de esqueletos o un humano normal, además, aun si en quince días no lo estas yo lo seguiré intentando, ya sea en el transcurso de los siguientes días o después. A fin de cuentas es tu deber darme un hijo, así que descuida.

Conforme me hablaba yo mas me enojaba, puede que tuviera razón con respecto al periodo de embarazo, pero yo no quería aceptarlo, además, el que me dijera que era mi obligación darle un hijo me dio cierto escalofrío, no pensaba tener el hijo de aquella cosa que ahora por culpa de un papel se hacia llamar mi esposo.

Sin mas que decir y con un sentimiento infantil golpeo su mano haciendo que su celular se estrelle contra el suelo, saliendo de ahí voy de nuevo hasta la habitación en la cual me encierro para así ir directo hasta la cama donde me dejo caer de cara.

« — ¿Como cree esa cosa que tendré a su hijo? . . . Aunque, ahora que lo pienso, ¿como seria un hijo entre el y yo? ¿un esqueleto? ¿un humano? ¿un humano con sus habilidades y tan pálido como el? — »

Por algún motivo me había puesto a imaginar como seria un hijo de nosotros, nunca había visto o leído alguna historia similar, jamas se habían presentado casos de humanos procreando con monstruos. De hecho, creo que es ilegal.

Mi vida junto a un esqueleto. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora