Capitulo 4.

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Era una calurosa noche de verano, los grillos tocaban una bella canción, el cielo estaba despejado. Se podían ver las estrellas brillar en el cielo nocturno, era una hermosa vista la de esa noche la cual se vio arruinada gracias al estúpido de mi marido el cual se sentó a mi lado en aquel sofá que se encontraba de espaldas a la ventana.

¿Que pasa, princesa? Te ves muy distraída. — coloco una de sus manos sobre mi frente, supongo que iba a ver si tenía fiebre.

Estoy bien G, solo quiero ver tranquila el cielo. — tome su mano y lo hice quitar la suya de mi frente.

¿Quieres ver las estrellas? Haberlo dicho antes, acompañame. — se puso de pie y fue hasta la puerta, pero al escuchar como no lo seguía se detuvo y volteo a verme. — ¿Que pasa? Ven, no te haré nada.

Sinceramente no se si confiar en ti, ahora mismo estoy enojada contigo por ser un idiota... Mucho mas de lo normal. — me le quede viendo con un semblante de enojo mientras cruzaba mis brazos.

Bien, tal vez si me comporto como un idiota, pero me emociono el saber que tal vez sea padre, ¿no es normal acaso? — muy bien, ahí tiene un punto.

Me quede pensando un momento el si acompañarlo a no, tal vez terminaría por darme otro de esos estúpidos chocolates o algún dulce con droga, no lo sabia pero igual no me permitía el lujo de confiar en aquel sujeto.

Tras haber pensando por un largo minuto el que hacer termino por levantarme y caminar hacia el dándole a entender que lo acompañaría aun si no le decía nada, el al ver que acepte seguirlo formo una sonrisa en su rostro, cuando me acercaba a el parecía triste, supongo que el creyó que no lo iba a seguir, yo también lo creí, pero no entiendo el porque termine por hacerlo.

Mientras que yo pensaba en mis cosas el me tomo de la mano y me llevo a paso lento junto con el, yo tuve por zafar mi mano de su agarre pero al voltear a ver como me sujetaba me paso por la cabeza un recuerdo de cuando era pequeña...

Flashback.

¿G? ¿a donde vamos? Tengo miedo... Esta oscuro aquí. — me llevaba de la mano hacia lo que parecía ser el corazón del bosque.

No te preocupes, estando conmigo no dejare que nada te pase. — voltee a verlo notando como de reojo me sonreía, sus palabras me tranquilizaban mucho.

Después de caminar un rato pude a ver a lo lejos como ya no había árboles, era como un campo de únicamente flores, el paso de G se hizo mas lento conforme nos acercábamos, después de pasar todos los arboles quedamos dentro de aquel circulo de flores y pasto que formaban los arboles, era un lugar muy bonito lo debía de admitir.

Pero cuando yo creía que este lugar no podía ser mas hermoso el cielo comenzó a despejarse dejando ver un cielo estrellado y una gran luna que ilumino todo este lugar, maravillada por tal vista no podía apartar la mirada, poco a poco este se convirtió en un lugar secreto para mi y G, nadie mas podía ir, nadie más lo conocía y eso era lo que a mi me gustaba.

El me llevaba ahí cada que yo me sentía triste o estaba enojada, mi vida con mis padres no fue de lo mejor tras habernos mudado a aquella mansión, por lo que G al notar como estaba me traía aquí y me hablaba sobre las estrellas, lentamente me fui obsesionando con ellas hasta el punto donde en mi cuarto el techo estaba repleto de pequeñas y grandes estrellas que brillaban en la oscuridad, todo eso fue un obsequio de G.

Pero me vi obligada a dejar todo esto atrás al saber de Sans con Amelía, fue algo tan duro que no me importo en ese momento dejarlo todo, pero después de huir y haberme encontrado con Eliot pude seguir viendo las estrellas, muchas veces me alejaba de el para ver por mi cuenta el espectáculo que daban a cuestas de saber que muchas veces me alejaba sin decirle nada y el se enojaba.

Mi vida junto a un esqueleto. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora