Capítulo 5

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Estaba con mi séptimo café sentada en la sala de espera. Eliana estaba a mi lado con una coca-cola y me miraba de vez en cuando sin preguntarme nada y yo le agradecía en silencio ese gesto.

Habíamos llegado en diez minutos al hospital mas cercano y los doctores llevaron a Mike directo al quirófano. Me hicieron las preguntas comunes como: El nombre completo del paciente; la edad; quien era yo; algún otro familiar; y como se había hecho la herida. Obviamente no les dije que fue en una carrera clandestina con narcos; solo les dije que fue una bala pérdida.

—¿Familiares de Mike Peterson? —Dijo una voz grave. Me levanto de inmediato y me acerco al Doctor con Eliana pisandome los talones.

—Si, soy yo.

—La operación fue algo complicada. Logramos sacarle la bala, pero se nos a dificultado cerrarle la herida. Estuvo demasiado cerca del pulmón y perdió demasiada sangre. No corre riesgo vital, pero esta muy, muy delicado. —Nos informó él doctor y me relaje un poco. Lo miré ansiosa, preguntándome si podría pasar a verlo. —Sé lo que quieres. —Me dijo él doctor para mi sorpresa. —Y la respuesta es no. Lo llevamos a la sala de recuperación, pero tiene que descansar. Esta fuera de peligro, pero como ya te he mencionado, su estado aún sigue siendo delicado. Vamos a ver como reacciona a los medicamentos y la recuperación de su herida.

—¿y eso cuanto podría tardar? —Se adelantó a preguntar Eliana. —La herida quiero decir. ¿cuanto podría tardar en recuperarse de la herida?

—Tenemos que dar gracias que no dañó ningún órgano vital. Estuvo cerca, pero no logró perforar él pulmón. Podría estar aquí algunos días o semanas.

—Grscias doctor. ¿Cuando lo podemos ver? —Preguntó nuevamente Eliana sorprendiéndome.

—Las visitas comienzan a las ocho de la mañana. Por él momento es mejor que Mike descanse. No despertara hasta dentro de dos horas.

—Muy bien doctor. Gracias. —Me apresuré a decir.

—De nada. —Dicho esto, se marchó. Me volví para ver a Eliana y luego ir a sentarme.

—Eliana ve a casa. Te llamo luego ¿vale? —Le dije cuando se paro delante de mi. —Te llamaré cualquier cosa.

—¿Estas segura? Tu deberías ir a casa. No te ves nada bien y tu ropa esta toda manchada con sangre. —La miré incrédula.

—Eso no importa. Me da igual que esté toda manchada con sangre. Tal vez no pueda ver a Mike, pero no lo dejare sólo, porque él nunca hizo eso conmigo. —Dije medio enojada. Estaba cansada, no había dormido ni siquiera diez minutos, tampoco es que se pudiera dormir mientras operan a la persona que se la ha arreglado para ser tu padre y madre, sin ser familia de sangre.

—Lo sé. Lo siento. —Se disculpó.

—Pues yo también. —dije mas para mi. —Vamos. Ve a casa. Yo te llamo ¿vale? Ambas estamos cansadas, pero yo me quedo; no te preocupes.

—Bien. —Dijo después de un breve silencio. —Me iré a duchar y comer algo. Vuelvo en una hora. ¿te traigo algo?

—En mi armario hay un abrigo Negro colgado. Trae eso una bufanda rojo sangre que esta en el cajón de abajo. —Dije medio distraída.

—Bien. Lo haré. Nos vemos luego. Adiós.

—Adiós. —Susurré mientras Eliana se alejaba al ascensor.

***

—Mely. —Susurra alguien y despierto de golpe. Era Thom.

—¿Thom? —Digo extrañada.

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