Horas habían pasado desde que el mundo de Hermione se hubiera derrumbado. Nunca creyó que se encontraría en la posición en la que estaba. Ni en sus peores pesadillas se había imaginado acurrucada en una de las recámaras del cuartel de La Orden del Fénix con un dolor devastador en el pecho, que no hacía más que crecer con los minutos, y con una preocupación, que rayaba en lo psicótico, porque la única familia que le quedaba estuviera sana y salva.
La puerta de la habitación se abrió para dar paso al mejor amigo de la castaña. Harry entró y se topó con una imagen que le rompió el alma, los ojos más que hinchados y la vulnerabilidad que reflejaba la leona eran dos cosas que jamás podría borrarse de la mente. Hermione saltó de la cama directo a los brazos del chico, que la recibió con todo el amor que tenía para ella.
-Se han ido, Harry. Se han ido.-
A la voz resquebrajada y los sollozos de ella se unieron las lágrimas de él.
-Lo sé Herms, lo sé y lo siento tanto. Deberías odiarme, todo esto es mi culpa. Perdóname.-
La chica profundizó el abrazo.
-No tengo nada que perdonarte. Nada de lo que pasó es tu culpa.-
Harry deshizo el abrazo e intentó alejarse de Hermione pero ella no le permitió hacerlo y tomó su rostro entre sus manos para que los ojos de ambos se encontraran.
-Sí lo es. ¿No lo entiendes? Ellos fueron tras tus padres porque saben lo importante que eres para mí, porque al herirte a ti me hieren a mí. No debí...-
-¿Qué Harry? ¿No debiste hacerte mi amigo por miedo a lo que pudiera pasarme? Pues te informo que no hubiera supuesto gran diferencia. Ellos atacaron a mis padres porque eran ¡mis! Padres, los padres de una impura, y porque saben que no dejaré que hagan lo que les venga en gana, que lucharé hasta el final con todo lo que tenga a mi alcance para pararlos a ellos y al imbécil de Riddle. Y sí, eso significa que no te abandonaré, que estaré a tu lado para lo que venga, así lo quieras o no.-
-No, Hermione, no puedo arriesgarte.-
-¿Por qué no?-
-Porque no soportaría si algo malo te pasara.-
Ambos se quedaron mirándose por mucho tiempo, tenían tantas cosas que querían decirse pero no conseguían las palabras adecuadas para hacerlo.
-Algo malo ya me pasó, Harry pero sigo aquí, de pie. No voy a mentirte, esto duele y duele mucho... Pero el dolor y el miedo no pueden hacernos desistir, es lo que ellos quieren y no voy a dárselos. Mis padres eran muggles, igual que mi hermana y muchas familias de nuestros compañeros y amigos, si me doy por vencida los defraudaré a ellos y, lo más importante, me defraudaré a mí, no me pidas que haga eso. Harry, la guerra comenzó, la única forma de salir adelante es confiando y apoyándonos en las personas que amamos y que nos aman. Sólo podremos superarlo todo si estamos juntos.-
Harry meditó un momento todo lo que había escuchado y se dio cuenta de una cosa, esta era Hermione, su Hemione, tan fuerte y vulnerable, tan dulce e inteligente, siempre pensando en los demás antes que en sí misma y tratando de ser justa y buscar el bien mayor en todo momento. La quería tanto, no, la amaba tanto aunque no era el momento para decírselo pero tal vez, sólo tal vez, había otro modo de mostrarle que nada deseaba más que estar a su lado. La tomó de la cintura y, con algo de timidez, la besó.
Hermione se sorprendió pero cerró sus brazos en torno al cuello del pelinegro y se dejó llevar por sus cálidos labios. La calidez y paz que se transmitieron en su primer beso fue suficiente para ayudarlos a aclarar su mente y a volver a respirar con cierto alivio, algo en su interior les decía que era verdad, juntos nada podía vencerlos, juntos todo dolor podía ser manejable, juntos encontrarían las respuestas que necesitaban.
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True colors
FanfictionNada es en realidad lo que parece. El amor, lo bueno y lo bello también pueden encontrarse en la oscuridad porque lo realmente importante es invisible a los ojos.