Capítulo 5.

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POV LAUREN.

Estaba muy confundida, eso seguro. Ver a Camila y su pequeña hija me habían dejado descolocada a más no poder. La niña era preciosa, por momentos la miraba y no podía dejar de analizar su pequeño rostro, tenía unos ojos de color verde azulado, su cabello era castaño oscuro un poco ondulado, la nariz era como la de Camila, y sus labios un poco carnosos; es hermosa.

Algo que me preocupaba era la situación de Camila. Era obvio que no estaba bien económicamente, podía verlo en la ropa que utilizaba ella y la niña. Y también me lo confirmaba el hecho de que se había presentado en la brigada de ayuda para desayunar. "¿Cómo estaba viviendo?", "¿Ella aún sentía algo por mí?" ¿Me habría perdonado por todo el daño que le causé?". Tenía muchas preguntas rondando por mi cabeza y necesitaba respuestas.

En todo este tiempo Camila había cambiado, para bien, diría que para MUY bien. Su cabello estaba más largo, sus perfecciones ahora ya estaban bien definidas, su cuerpo seguía teniendo las mismas curvas de siempre pero ahora mejor, mucho más acentuadas, y muy sexy. Y qué decir de su trasero, parecía haber crecido. Pero a pesar de verse increíblemente bien, se notaba desde lejos que había perdido peso, de seguro no estaba comiendo bien. Me dolía pensar que aquella mujer espectacularmente hermosa, que estaba sentada a mi lado, alguna vez fue mía, y que ahora ya no lo era, me llenaba de una gran tristeza. Quería recuperarla, pero no sabía si sería capaz. Camila siempre fue muy orgullosa y caprichosa y podía apostar todo lo que tenía que recuperarla no sería fácil. Pero había un pequeño gran detalle. Su hija. Quería recuperarla, pero tener una hija no estaba en mis planes, y ahora que tenía prácticamente un imperio bajo mi poder no creía ser capaz de cuidar de ella. No me gustaban los niños. Definitivamente estaba perdida en este tumulto de sentimientos contradictorios.

Dejé de acelerar en cuanto vi mi edificio aparecer, apagué el motor y todas nos quedamos en silencio. Abrí la puerta de mi auto y salí, al mismo tiempo Camila lo hizo con la niña ya en brazos, Ally fue la última en bajar del auto. Caminamos todas juntas bajo en silencio abrumante, el nivel de tensión se podía sentir fácilmente. Tenía mi postura muy recta, sentía que al menor flaqueo me hundiría. El poder de Camila sobre mí, tan solo con su maravillosa presencia, me dejaba pasmada. Entramos al elevador y pulsé el botón que nos dirigiría directo a mi oficina. Las puertas se abrieron y todas salimos.

-Mi amor, ahora te vas a quedar con Ally mientras yo hablo con Lauren ¿vale? -le dijo Camila a la niña. En su voz se reflejaba el amor que tenía por aquella pequeña.

-Mami ella no me agada... -dijo la niña y yo la pude escuchar. No sabía muy bien como sentirme pues no me gustaban los niños, y saber que yo a ellos tampoco me dejaba una sensación rara.

-Tu tampoco me agradas a mi -respondí y después me arrepentí. No sabía quedarme callada. Era una idiota, solo a mí se me ocurría discutir con una niña. Camila me fulminó con la mirada, y yo me encogí de hombros sin saber muy bien que decir.

-Tiene 6 años Lauren -me dijo Camila enojada, y me sentí aún peor. Ally me miró negando con la cabeza.

- ¿Y con 6 años habla así? -pregunté. La niña tenía 6 años y aún no pronunciaba la "r", eso ni siquiera era normal, ¿no? La mirada que me dio Ally me hizo callarme por completo.

-Deja de ser tan idiota Lauren -me dijo Ally con decepción en su voz.

-Sí, tiene 6 años y no puede hablar bien -me dijo Camila mirándome directamente -No puede, tiene rotacismo... Estoy buscado la forma de que vaya a terapia con un especialista, pero no es tan barato. -Ver a Camila tan triste y derrotada hizo que me dieran ganas de llorar. Era una estúpida. La niña necesitaba un profesional que seguro cobrará gran dinero y Camila, como se notaba, apenas tenía para comer.

Volviendo a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora