El peor regalo.

458 45 10
                                    

Era de madrugada en Francia cuando Lecter abrió los ojos lentamente.

Una vez más su mente lo había traicionado, recreando esa escena tan dolorosa que tanto le recordaba que, quisiera o no, lo negara o no, había vuelto a ser humano, eso que Will le había regalado y regresado a Hannibal, algo que habría conservado sí su amado estuviera ahí a su lado en aquella cama en vez de Bedelia.

Su palacio mental por sí sólo había creado una habitación sin puerta alguna, una donde yaciá el último recuerdo de Will y Abigail dormidos entre espesos rosales de pétalos rojos que sustituirán la sangre, llenos de espinas que le impedían llegar a ese recuerdo. Ese recuerdo que salía a flote en cuanto sus defensas bajaban y le recreaban la necesidad de despertar, aunque a diferencia de su juventud, no gritaba ni permitía a su cuerpo agitarse, al menos aún le quedaba ese poder.

Pero aún cuando podía tener suficiente poder sobre su cuerpo, no era suficiente para poder controlar sus pensamientos ahora más fugaces.

¿Por qué ahora? ¿Por qué el agente tenía que llegar a alborotar su vida? Realmente estaba tan molesto con Abigail, y en especial con Will...

Era cuestión de lo que hizo y le hicieron, de lo que regaló y le regalaron, No podía creer que realmente no pudiera controlar las cosas a tal punto de despertarse por un simple recuerdo, e increíblemente Hannibal recordó su época viviendo con Lady Murasaki, siendo despertado por ella para que no le consumieran sus pesadillas mientras gritaba el nombre de su hermana asesinada, pero ya no había nadie que le despertara.

A Bedelia le importaba Lecter tanto como a él le importaba ser capturado. Era difícil no pensar en ello algunas veces, en especial cuando tenía que dormir bajo el mismo techo con quien le había arrebatado lo único que descubrió que muy en el fondo deseaba.

Pero ya no importaba, al menos ya no más. Hannibal tenía que dormir, unos minutos después se obligó a conciliar el sueño.

Aún así las cosas empezaban a tomar un buen rumbo, la cacería seguía siendo tan normal como lo fue antes, al menos en el sentido de no sentir nada al asesinar, no lo había hecho con regularidad. Apenas tres personas habían sido asesinadas por él y dos de ellas eran para conseguir una identidad nueva y poder trabajar libremente en cuanto cambiaran de país. Italia era el destino que les esperaba a los ahora Doctor Fell y Lidia Fell, su esposa.

... Italia, el lugar donde hubiera paseado a Will.

Hannibal se había olvidado por completo de Baltimore, de Estados Unidos y del FBI, simplemente había cortado todo lazo con ese lugar al perder a Will, y todas las pistas que tenía Jack se habían esfumado con él y Alana.

El departamento del FBI no tenía nada para seguir con la búsqueda, no existían paraderos, conexiones. Sólo les quedaba la esperanza de que alguien hiciera caso o fuera lo suficientemente observador a la lista de los más buscados en algún punto del mundo para conseguir una pista para poder arrestarlo, porque era obvio, la policía de Estados Unidos no estaría segura ni satisfecha hasta tener a Hannibal el caníbal detrás de las rejas en una prisión de máxima seguridad mientras esperaba para ser condenado a ejecución por inyección letal. O su cuerpo inerte...

Mason Verger al querer vengarse del antiguo psiquiatra por obligarlo a cortarse la cara en tiras y dárselo a los perros del ahora muerto agente Will Graham, había hecho lo mismo, sólo que con una jugosa recompensa de una enorme cantidad de dinero, la cabeza de Hannibal valía millones, y sin embargo el deforme hombre no tendría ni un poco de suerte, nunca, el ahora Doctor Fell siempre tuvo habilidad para escapar y esconderse, nadie podría encontrar y mucho menos estar a la altura de Hannibal Lecter.

Esa era una realidad, Hannibal seguía siendo poderoso, tenía una fortuna que había llevado con gran organización hasta ahora, tenía carisma y lo que la gente llama suerte, tenía a quién podría complacerlo y acompañarle hasta que se aburriera, además de no durar tiempo suficiente en una locación para que pudieran atraparle.

Todo por recuperarte. //Hannibal AU//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora