-Tu voz es realmente hermosa, Bin..
-¿T-tu crees? -sentí mis mejillas arder-.
-Si, deberías dedicarte a esto.
-No hay que exagerar.. -toqué las teclas una por una pensando cómo es que Dong Min hacia para tocar aquellas melodías-.
-No exagero.. -Dong puso su mano encima de la mía, y sentí como un choque eléctrico recorrer desde mi brazo hasta los deditos de mis pies- Do.. Re.. -comenzó a guiar mis dedos tecla por tecla, cada una emitía un sonido diferente cada vez mas agudo- Mi.. Fa.. So.. La.. Si
-¿Q-que significa todo eso?
Hablar me resultaba difícil, el tacto de Dong Min hacia que mis pies temblaran y mi voz se cortara, y él no parecía querer soltarse.
-Son las notas musicales. Las utilizamos para tocar y cantar.
Lee Dong Min aun no soltaba mi mano.
-¿Cómo eran?
Sonrió -Do, Re.. -volvimos a tocar tecla por tecla- Mi, Fa, So, La, y Si, -soltó mi mano- intentalo tu solo
Seguramente puedo, es sólo tocar siete teclas y decir los nombres. Pero lo haré mal para que Dong Min vuelva a tocar mi mano.
-Lo intentaré.. -comencé a tocar teclas al azar- Dos, Rey, Min, ..
-Min es mi nombre, no una nota musical -comenzó a reír-
-Shhh! Estoy tocando
-Bueno bueno, sigue
-Pan, Sol, Las, Sip.
-¿Pan?
-¡Así dijiste tu!
-Yo dije Fa
-Uy... Necesito tu ayuda entonces
Dong Min volvió a tomar mi mano y una vez mas me indicó cada tecla y su nombre.
Al terminar de indicarme, no soltó mi mano, y yo no quería que me soltara.
Ambos observamos nuestras entrelazadas manos por unos segundos.
Todo estaba en silencio mientras seguíamos con nuestras manos unidas frente al piano.
Todo era tan bonito en ese instante hasta que... ¡El timbre sonó!
Siempre he odiado a ese timbre, pero nunca lo odie tanto como lo he odiado hoy.-Am.. -Dong y yo nos miramos-
Me solté de su agarre- .. Adiós..
Me puse de pie y corrí muy nervioso y sonrojado a la puerta de la sala de música, pero me detuve en seco cuando Dong me llamó.
-¡Bin!
-¿Si? -volteé a verlo, probablemenge mas rojo que los labiales de mi mami-
-¿Podemos.. Volver a tocar y cantar juntos otro día?
-S-si.. ¡mañana!.. Adiós.
Corrí a mi salón, ya era muy tarde, el timbre tenía rato de haber sonado, Dong Min corría atrás de mi.
Los niños empezaban a desaparecer uno por uno en sus cárceles llamadas salones de clases. Eramos pocos los que quedábamos. Cada quien corría a sus salones antes de que cerraran las puertas y te tuvieras que quedar afuera, ya me ha pasado.
Mi salón estaba hasta el final del patio y el de Dong igual, pero del otro lado. Ambos empezamos a correr. Eramos los últimos. El patio se me hacia eterno e infinito.
Cuando por fin llegué, la maestra ya estaba cerrando la puerta.
No, no alcancé a entrar.-Lo siento niño, debe apurarse.
Me senté en la banquetilla afuera de mi salón, supuse que Dong Min si había llegado a su grupo porque ya no lo vi.
Recargue mis codos en mis muslos a esperar que se acabara la clase y que llegara otro maestro, pero, cada clase dura 40 minutos.
Que flojera.A lo lejos vi que un chico se acercaba a mi; no era Dong, éste era mas alto, y tenia el cabello anaranjado.
No sé porqué venia hacia mi, pero eso hacia.-¡Hola! -corrió y se sentó a mi lado-
Hice un gesto, pues yo no lo conocía -Ammm
-¡Soy Kim Taehyung! ¿Y tú?
Hablaba fuerte y rápido, como si todo estuviera bien para él.
-Kim MoonBin
-¡Hola Bin! ¡Soy Tae!
-Ya me dijiste
-¿A si? No importa -era tonto pero carismático, se reía por todo y siempre sonreía- ¿No alcanzaste a llegar a tu salón?
-No.. -volteé a la puerta de mi salón que seguía cerrada-
-Ni yo, ¡Chócalas! -me extendió la mano pero nunca las choqué con él, así que con su otra mano las chocó solito -¡¿Porque no las chocaste?!
-No es algo bueno, nos han dejado afuera
-¿Y? Es mejor, porque no traje la tarea del maestro que me tocaba justo ahora jaja
-Eso tampoco es bueno
-Hay que aburrido eres. -me dio un golpe en el brazo- ¡Debes ser mas divertido!
-¿No te preocupa la escuela?
Le hablé mientras él tomaba un lápiz del piso y lo ponía en la punta de su nariz para intentar hacer equilibrio con él. Vaya no se toma nada en serio.
-¿Qué dices?
-¿Que si no te preocupa la escuela?!
-Ah.. -el lapicito se cayó- Saqué 3.2 en el último examen, y me lo comí. ¿eso responde tu pregunta?
-Si.... Espera, ¡¿Como que te lo comiste?!
-Sólo lo hice bolita y me lo trague.. -se puso de pie y sacudió su pantalón- Mira ven -me tomó del brazo y me llevó a los jardines de la primaria-
-¿Adonde vamos?
-¡A jugar! -corrió y abrió la manguera de agua con la que riegan los árboles, y comenzó a mojar la tierra creando una piscina de lodo gigantesca-
-¡Nos van a regañar!
-¡Ven! -me tomó del brazo cuando intenté alejarme y me empujó al lodo-
-¡¿Qué hiciste?! -grité al ver mi uniforme lleno de barro-
-¿Yo? -hizo una bolita de lodo y me la lanzó- Nada...
Tomé la manguera y le disparé agua en la cara, y me detuve cuando vi que empezó a ahogarse. Él hizo otra bolita de lodo y me la lanzó al uniforme. Sabia que mamá me regañaría pero debía defenderme. Era una guerra, pero una guerra amistosa.
Me agache para tomar lodo y lanzárselo, pero cuando volví a incorporarme, yo no lo vi. Se escondió. Con lodo en mis manos comencé a caminar por todo el jardín en su búsqueda, hasta que escuché pasos tras de mí. Aquí viene, pensé. Volteé y justo cuando le hiba a lanzar el lodo él me lanzo agua a mi. Me dejé caer fingiendo estar muerto.-Oh no.. ¡Bin! ¡Bin! -Taehyung se acercó a mi y me sacudió- Niño!!
-¡TOMA! -le lanze el lodo que había en mis manos a su boca-
Tosió y se incorporó -¡Idiota! -tomó mas lodo y me lo lanzó a la espalda- ¡Eso fue espantoso!
-Lo se!! Jajaja!!
Corrí y me tropecé con una piedra, por suerte todo el piso era lodo. Me deje caer y me recosté boca arriba, y moví mis manos y pies formando ángeles de lodo.
Taehyung se recostó a mi lado e hizo lo mismo que yo.-Los ángeles de lodo son mejores que los de nieve -le dije
-El lodo manda!
-Tu voz es muy grave para tener once años
-¡Cayate! -rió fuerte y me lanzó lodo-
-Bueno! -le lancé lodo a su anaranjado cabello
Era demasiado divertido.. Hasta que..
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Just Me | *BinWoo* [PAUSADA]
Hayran KurguNarra la vida de MoonBin, desde pequeño estuvo enamorado de Dong Min, y nunca se atrevió a confesarlo, aunque no fue muy necesario...