Capitulo 5 Sigue adelante

16 1 0
                                    

Pasaron unos cuantos días desde aquel horrible momento, ella aunque algo mejor, seguía pensando en todos sus problemas y comiéndose la cabeza, y es que cuando crecemos los problemas se vuelven cada vez mas importantes y pasamos a ver los problemas de nuestra juventud como meras tonterías.

No se que problemas tendría aparte de aquellos que me llego contar pero me los puedo imaginar... Hace poco escuche una conversación que tenia con su madre al teléfono y no era muy agradable, no solo eso, seguro que estará preocupada por las facturas de la casa, al fin y al cabo hace poco que comenzó a vivir sola y esta claro que eso se hace difícil al principio, y yo, como siempre al verla a ella también me preocupaba, y es normal, habia dejado de comer, supongo que el estres le quitaria el apetito, y gracias a ello estaba palida y adelgazaba a un nivel alarmante, ella era todo en lo que podia pensar y es que se habia convertido en MI todo...

Pero intentando dejar eso de lado, aunque me cueste, hace unas horas he descubierto algo magnifico, y por fin ahora puedo entender a los gatos y esa curiosidad tan suya, quizas es el simple aburrimiento...pero yendo directo al grano, al parecer el ''cerrojo'' de la ventana que da al balcon es bastante facil de abrir, tan solo presionando un poco hacia abajo consigue abrirse, y dado que soy un gato, el saltar y llegar hasta ahí es facil, y como no, una vez el cerrojo esta abierto, solo tengo que deslizar hacia un lado la ventana para poder salir, eso es lo que mas me cuesta, pero tarde o temprano le acabare cogiendo practica.

Al fin puedo salir y dar una vuelta, lo creas o no estaba agobiado de estar encerrado en esa casa, no es que fuera pequeña, pero llevaba varias semanas sin ver la luz del sol y eso empezaba a afectarme, quieras o no soy humano dentro de mi y necesito salir.

Lo primero que hago nada mas salgo es asustarme, vivíamos en un quinto, ¿Como pretendía llegar hasta abajo sin matarme en el intento? Intentando controlar mi miedo a las alturas, fui por la cornisa poco a poco y dado mi pequeño tamaño, no fue fácil pero mas si mas de lo que pensé. Una vez había doblado la esquina del edificio, pude ver y a la vez alegrarme de que teníamos el otro edificio a muy poco metros del nuestro y por suerte quien viviera del otro lado se había dejado la ventana abierta, mi oportunidad!

Salte todo lo que puede y llegué, no se como lo hice pero allí estaba, en casa ajena sin saber como salir, por desgracia mi buena suerte con la ventana abierta se fue de golpe cuando nada mas entrar una señora anciana (supongo que la residente de esa casa) me detectó, no pude hacer nada mas que huir y refugiarme debajo de lo primero que encontré, en este caso, debajo de una cama.

-¿Como has llegado hasta aquí pequeño? Sal no te hare nada, ahora mismo vuelvo, iré a comprar comida de gato.- dijo aquella anciana de aparente amabilidad. Cerro la puerta despacio y pude salir de ahí debajo y observar la casa.

A los cinco minutos llegó y en un plato me puso comida que obviamente yo acepte y empecé a comer, estaba asustado, pero no era tonto, y mientras lo hacia escuchaba como ella decía- No pareces callejero, se nota que estas bien cuidado, quizás seas de algún vecino, si mi marido te viese te habría comido a besos, a el le encantaban los gatos, en especial los negros como tu.-

Por lo que dijo, era viuda, y no solo eso, también pude observar que mientras lo decía en su rostro se apoderaba una tristeza bastante visible, al parecer la perdida era reciente...

...Pasó como media hora y la señora me asigno el papel de nieto y me contó la gran parte de su vida. Ella se encontraba sola tenia dos hijos mayores e independizados que llevaban años sin visitarla y con la perdida de su marido se vio mas sola de lo que ya estaba.

Todo esto me llego al corazón así que antes de marcharme y volver a casa, decidí que vendría aquí a menudo a visitarla y para que ella lo supiese restregué mi cabeza contra ella dándole a entender una muestra de mi cariño hacia ella, y que no seria la ultima vez que me viese allí, dado eso, me marché.

Pasaron cinco minutos hasta que llego mi amada, pero sorpresa, se veía muy animada y tras mirarme y sonreír como nunca le había visto hacerlo, soltó- Me han ascendido peque!! (era el apodo que me había puesto) ahora soy la secretaria del jefe, me pagarán mas y podre pagar las facturas!!- Genial pensé, y es que si sigues adelante sin rendirte, las cosas buenas vendrán, es algo que yo no me aplique en su día y de lo cual me arrepiento en cada momento.




Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 03, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ángel de 4 patasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora