El reencuentro

271 23 15
                                    

Narra Alois:

Recién había llegado a la mansión después de mucho tiempo. Nada había cambiado, solo... Mi vida por completo. Ahora, necesitaba verme con la única persona que me quedaba, necesitaba saber si mi mejor amiga no se había olvidado de mi.

—Claude. Envía una carta de invitación a esta dirección. —le dije seri dándole un papel que conseguí encontrar con la dirección de Erika—.

—Yes, your higness. —me contestó Claude haciéndo una reverencia que provocó un sonrisa de lado por mi parte—.

Tras esto solo me quedaba esperar una respuesta. Me quedé pensativo unos minutos, vi que los tres gemelos hablaban entre si de forma baja. Odio no saber que piensan los demás... Me acerqué a ellos y les dije muy cabreado:

—NUNCA CUCHICHEEIS ENFRENTE DE MI. ODIO NO SABER LOS PENSAMIENTOS DE LOS DEMÁS. ¿ENTENDIDO?

—Si señor Alois —se excusaron al mismo tiempo los tres y se fueron silenciosos fuera de la sal—.

De verdad que me daba rabia. Tras lo anteriormente mencionado, me fui al jardín y me tumbe en el suelo boca arriba. Estuve todo lo quedó de día, sumando el siguiente día esperando una visita o una carta de respuesta. Finalmente, en la tarde del día segundo, el timbre sonó y una muchacha con apariencia similar a la de Erika se hallaba en frente de la puerta con una sonrisa.

—¿Alois? —dijo sonriente al verme—.

Narra Erika:

Me estaba preparando para salir hasta la mansión de Alois. Por fin había vuelto. Ayer recibí una carta de invitación a su mansión. Realmente estaba feliz y muy deseosa de volver a verlo. Llevaba un vestido rojo y negro, de cuello alto y mangas de encaje, sin duda, mi favorito. Tomé mis cosas y salí de casa no sin antes despedirme de mi madre, la cual me dio una cesta de comida para Alois y sus padres.

—Espero que le guste —dije en voz baja mientras llegaba a la puerta de la mansión—.

Cogí aire y suspiré nerviosa. Levanté mi mano dando unos toque sonoros en la gran puerta. "Espero que me reconozca" pensé dando un pequeño y sonoro suspiro. La puerta se abrió y vi a un chico rubio y más alto que yo.
Sonreí al verle instantáneamente, no había cambiado nada en absoluto. He de decir que se veía muy guapo, vestía con sus pantalones cortos y su chaqueta morada. Su pelo rubio se veía despeinado, sus ojos azules cielo tan chispeantes...

—¿Alois? —dije sonriente al verle—.

—¿Erika? —preguntó aparentemente sorprendido, mirándome de arriba a abajo, segundos después sonríe—.

—La misma —dije soltando una sonrisita cerrando los ojos, lo cual hizo que me sorprendiera por el repentino abrazo que estaba recibiendo en esos mismos instantes por Alois—.

—No sabe lo mucho que te he echado de menos... —yo le había correspondido al abrazo mientras que él se dispuso a esconder su cabeza en mi hombro, haciendo más notorio su agarre—. ¿Estás bien? —le pregunté pues parecía que no estaba del todo bien—.

—¿Yo? Claro que estoy bien. ¿Y tú? ¿Que tal has estado? —me contestó mostrando su cara y enseñando su enorme y notoria sonrisa—. Pasa -me dio paso a la mansión-.

—Gracias —le agradecí con una sonrisa—.

Al entrar me encontré con la mansión, grande y bonita que recordaba con detalle. Tenía... Ciertas diferencias, como por ejemplo, los tapices ahora eran rojizos. Un tono que amaba pues es mi color favorito junto al negro. Apareció un hombre alto, trajeado de negro, llevaba unas gafas no muy grandes, el pelo negro cobalto, en la distancia se hacían notorios sus ojos amarillos. Parecía un mayordomo, se le veía serio. Alois hablaba con él, parecía que estaba en lo cierto, era su mayordomo. Tres chicos de pelo lila, muy similares entre sí, aparecieron tras ser reclamados por Alois.

Ahora que lo pienso... No he visto a sus padres... También me he fijado que le dicen "Señor Alois", no... Quiero pensar que les pasó algo malo, sería horrible.

—Alois, ¿Y tus padres? ¿No los he visto? —le pregunté cuidadosamente—.

Él quedó en shock por un momento, yo me acerqué a él despacio. Lo miraba preocupada.

—Ellos... tu-tuvie...ron un accide-dente... —pude ver como gotas de agua, caían por su mejilla, lentamente. Lo abracé con fuerza—.

Él me correspondió el abrazo y lloró unos instantes. Momentos más tarde, se alejó del abrazo y me miró sonriente. Yo le limpié las lágrimas de sus mejilla e igual le dediqué una sonrisa.

—Lo siento mucho Alois... no lo sabía —él ahora parecía más animado, a veces es bastante bipolar por lo que ya estaba acostumbrada a ver. No era nada nuevo para mi—.

—Yo siento haber llorado hace un momento, tiene que ser un día de felicidad pues no hemos vuelto a ver —ahora estaba nervioso de la emoción, de verdad que no entiendo a este hombre, reí por mis pensamientos—.

—Claro, divirtamonos —lo seguí hasta el salón, era tan grande su mansión, él tenía muy buen gusto para la decoración, estaba distinta a cuando vine por última vez, pero esta me gusta mucho más que la anterior, sin duda, muy bonita—.

Nos sentamos a comer, la mesa era enorme, me puse junto a él. Comenzamos a hablar de lo que habíamos hecho mientras no estábamos juntos, y en eso que los sirvientes llegan con platos enorme de comida. Abrí los ojos, no podía creer que toda esta cantidad de comida fuera para nosotros dos. Habían un plato enorme de Jacket Potatoes (Patatas rellenas), Rosbif, Stew, Roast Lamb con salsa de menta y mucho más. Alois me miró después de decirle cosas a sus ayudantes, lo cual no escuché porque estaba perdida en mi mente alucinando de lo que veían mis ojos. Yo le miré de vuelta aún con los ojos abiertos y él, en respuesta, rió.

—¿Qué pasa? ¿No recuerda nuestras comidas? —dijo riendo—. Buen provecho —y comenzó a comer—.

—Bu...buen provecho —miré los platos y no sabía por donde empezar, todo tenía tan buena pinta, y un olor...tan exquisito, me decanté por probar el Roast Lamb. Estaba de vicio desde luego—. Esto está buenísimo...

xHola, siento haber tardado en actualizar de nuevo, estab con exámenes finales. ¡Gracias por leer y espero que os haya gustado!x

¡Besos y abrazos!

My Only Butterfly (Alois y tú) -Pausada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora