Narra Alois:
Nos sentamos a comer, yo me senté junto a ella. Comenzamos a hablar de lo que habíamos hecho mientras no estábamos juntos, y en eso que mis sirvientes llegan con platos enormes de comida. Como de costumbre en la casa Trancy, desde que mis padres murieron y yo heredé su fortuna, la comida era de grandes cantidades. Habían un plato de Jacket Potatoes (Patatas rellenas), Rosbif, Stew, Roast Lamb con salsa de menta y mucho más. Miré a Erika tras encomendar les algunas tareas a mis sirvientes. Ella me miró de vuelta aún con los ojos abiertos y yo, en respuesta, reí.
—¿Qué pasa? ¿No recuerdas nuestras comidas? —dije riendo—. Buen provecho —y comencé a comer.
—Bu...buen provecho —ella miró los platos y no sabía por donde empezar, se decantó por probar el Roast Lamb. parecía gustarle desde luego—. Esto está buenísimo... —dijo.
—Me alegra que te guste —le sonrío de una forma sincera y abierta.
—Estoy muy feliz de haber podido volver a verte —dijo con un leve sonrojo en su blanca tez, se veía tan tierna...
—Y yo, después del accidente de mis padres... Me sentía muy solo, aunque Claude se ha quedado conmigo —las primeras palabras las musité con un tono triste, pero intenté no preocuparla mostrándole una sonrisa en las siguiente frase.
—Lo siento mucho de verdad —Se levantó del asiento, y se dirigió a mi rápidamente, dándome un cálido y enorme abrazo, eso me hacía feliz. Le correspondí y escondí mi cara en su cuello.
—No te preocupes, ya estoy bien —le dije susurrando en un oído. No quería separarme de ese agradable abrazo, pero pensé que, quizás, sería agobiante para ella.
Ella me miró al separarme del abrazo y me dedicó un enorme sonrisa. Estaba realmente felíz de poder tenerla de nuevo a mi lado. Lo había pasado realmente mal. Le tomé de la mano y la llevé al salón, quería pasar todo el día hablando con ella, quería contarle, pero no sabía cómo. Quería decirle lo del contrato con Claude pero... No quería que se preocupase por mí.
Comenzamos a hablar de lo que ella había hecho en este par de años. Nos contábamos mutuas anécdotas que nos habían ocurrido. La tarde se pasó muy rápida, se escuchaban risas y más más risas. No quería que nos molestaran por lo que ordené que hicieran trabajos de poca importancia para mantenerlos ocupados.—Se me ha pasado la tarde volando, me encantaría que mañana nos volviéramos a ver —le sonreí.
—Lo mismo puedo decir, hacía siglos que no me divertía tanto —agachó la cabeza e hizo ademán de estar triste por las siguientes palabras que saldrían de sus labios—. Yo... creo que mañana no podre... digo...no creo que nos podamos volver a ver nunca más...
A continuación yo me miró con cara de—: "No me puedes estar haciendo esto ahora". Realmente, estaban pasando muchas cosas malas por mi mente, quería llorar, definitivamente no me lo quería creer. Ella comenzó a reír yo le dediqué una mirada triste. Me miró y musitó:
—¿En serio te has creído lo que acabo de decir? —se acercó a mi aparentemente para darme un abrazo.
—¿E-eh? —le miro, tenía el corazón a mil, estaba asustado y aliviado—. No... me vuelvas a hacer una broma de esas, ni a asustarme, por favor.
—Ay mi bebé jajaja —me abrazó fuertemente y yo sin pensarlo dos veces correspondí fuerte pero con cautela para no hacerle daño.
—No quiero que te alejes de mi nunca... —me separé de ella y le dediqué una enorme sonrisa terminando mi acción con un beso en la frente—. Se está haciendo tarde, deberías volver a casa.
—Si, mi madre me estará esperando.
—Te puedo acompañar si quieres —le comenté.
—No hace falta, vivo aquí al lado, no te preocupes por mi, mañana nos vemos Alois. Buenas noches —me besó la mejilla lo cual hizo que brotara un pequeño sonrojo en mis mejillas y, posteriormente una sonrisa.
—Lleva cuidado, buenas noches —le deposité un beso en la mejilla y vi como salía por la puerta.
Ella salió de recinto girando se una vez más dedicando una hermosa sonrisa. Yo se la devolví y cerré la puerta. Tenía ganas, pero que muchas ganas de que ya fuera mañana para poder estar con ella.
Llamé a Claude y le ordené hacerme un té para ir a dormir. Yo mientras, me dirigí sin vacilar a mi habitación, subiendo por las enormes escaleras, por los largos y obscuros pasillos, llegando así, al fin, a mi habitación. Esperé a Claude llegara para que me ayudara a desvertirme.
Tras pensar y sentarme en la orilla izquierda de la grande y cómoda cama, el susodicho llegó. Tomé el té, uno de hierbas relajante. Seguido, me desnudé con ayuda y me puse mi pijama azul lavanda. Me tumbé y cerré los ojos pensando en el día de mañana.
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¡Hola amores!
Me he tardado en actualizar.
Espero que os guste.
Esto se ve zukulento muajaja. 😉😳😳
Hasta la próxima, ¡besos y abrazos!
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My Only Butterfly (Alois y tú) -Pausada-
FanfictionLondres, año 1887. Erika Howland es una chica de 16 años de familia poco adinerada. Su padre es chófer de los Trancy una familia de condes muy rica. Su hijo Alois Trancy tiene la misma edad que Erika y se conocen desde que su padre trabaja para ell...