Es jueves, y como todos los jueves, a esta misma hora, estoy aquí esperando a mi mejor amigo para sacar a su perro. Veo que tarda mucho, y decido llamarle al telefonillo, pero contesta otra voz que no es la suya. Pensé que me había equivocado, y llamé otra vez. Pero la misma voz contestó.
Y todo el rato decía lo mismo ¿pero por qué? Empiezo a tener un poco de miedo voy a mirar mil veces donde pulso y porfin responde la voz que quería oír.
Intento atender a lo que me dice, pero no lo entiendo, se entrecorta, le digo bastantes veces que abra y no me contesta. Y opto por saltarme la valla, esta situación no me gusta.
Esto no suele pasar... solo en pelis de miedo... espera un momento... estoy en la típica situación de la que muere primero. Creo que mejor me voy por donde he venido pero al girarme veo... un ser extraño mirándome con sus ¿ojos blancos? ¿Qué persona inhumana es esta? Parpadeo varias veces para ver si así desaparece, pero no, no estoy en un sueño.
Le veo que dirige sus manos hacia su espalda y desde ahí no recuerdo nada más, solo que me duele mucho la cabeza y tengo una bolsa que me impide ver algo.
Al parecer tengo a un cuerpo, una persona delante mía. No siento miedo, ni estoy nerviosa, lo único que siento es que mi cabeza da vueltas, eso que estoy tapada y no veo nada. ¿Me han drogado?
De repente siento como la persona de delante se acerca más y me quita el saco, por la claridad que hay cierro los ojos simultáneamente, pero cuando ya logro abrirlos no me creo lo que veo.
A un hombre desconocido, pero bastante guapo ¿que estoy diciendo? yo creo que sí estoy drogada porque estoy pensando cosas sin sentido. El hombre sin nombre me empieza a acariciar el brazo y se me eriza la piel. Luego me mira, sonríe y dice una cosa que no puedo entender, pero detrás de él, hay una puerta ¿por qué estoy aquí? Esto no tiene ningún sentido ¿qué hace mi amigo entrando aquí?
-Pero... ¿qué?- logro decir.
Siento que todo me da vueltas, y ahora veo doble, creo que me voy a morir pero solo me desmayo, lo último que logro ver es como vienen los dos corriendo hacia mí y gritándome preocupados.
Me despierto y me encuentro a una silla atada en un salón bastante lujoso pero no se escucha nadie, creo que estoy sola, me da que no pensaban que me iba a despertar tan pronto.
Veo un cristal afilado en el suelo, y se me ocurre una cosa. Logro tirarme al suelo, me cubro un poco la cabeza con el hombro pero aún así me doy un golpe. Y justo se abre la puerta que había a lo lejos... Hago que estoy dormida, pero escucho:
-No lo intentes, que te he visto-
Suspiro, e intento ponerme bien, pero no lo consigo, así que el hombre desconocido viene a ayudarme.
-Te juro que no te vamos a hacer nada solamente te queremos proteger-
-Sí pues así atada estoy muy protegida y súper tranquila- le digo con ironía.
-De verdad que eres muy especial y teníamos que hacerlo para que no te hicieras daño-
-¿Cómo que especial? Y sigues sin decirme qué hago aquí- respondo
-Ya te he dicho que te estamos protegiendo-
-¿Pero de qué?-
Y justo no sé de donde, pero sale una cuchilla o algo de la ventana, le da en el cuello y cae al suelo, ya si que me pongo nerviosa y mi instinto me dice que huya.
Eso es lo que hago, no sé cómo, ni de donde, pero saco la fuerza de alguna parte misteriosa y empiezo a correr voy demasiado deprisa y ahora qué... ¿a dónde voy?
-¡Savanah!¡Ven aquí!- me llama mi amigo escondido detrás de un sofá.
-¿Alguien me va a explicar qué está pasando?- digo furiosa.
-Yo no soy el más adecuado para hacerlo-
-¿Entonces quién?- pregunto confusa.
-Yo- dice alguien detrás mía.
Me giro, es el chico que hace un momento le habían matado delante mía, miro hacia donde debería estar el cuerpo, y sigue uno exactamente igual.
-Era un clon- me explica leyéndome la mente.
¿Pero qué pasa?¿Cómo que un clon?¿Debería huir? No sé qué pensar la verdad...
-Ven a este cuarto de aquí, estarás más segura- Me dice el hombre es señalándome una puerta.
Cuando entro veo tres sillas y una mesa con cosas raras que no había visto en mi vida. Justo entramos en la habitación y la puerta se cierra sola ¿Pero en qué tipo de casa extraña nos encontramos?
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Phoenix
Teen FictionVeamos la magia pues, nunca como fantasía, tan solo es esa poesía que heredamos al nacer, para que puliéndola bien, nos sirva para engrandecer nuestra alegre o triste vida.