Me siento en la cama, con el cuaderno de tapas negras en mi regazo. Una voz mi mente me dice que lo abra, y otra me dice que puede ser peligroso.
Pero ya me da igual lo que pueda ser peligroso, porque si es así, todo sería peligroso en esta vida. Mientras me decido si abrirlo o no, me asomo a la ventana, ¿Por qué está todo tan... apagado, solitario y oscuro? Miro el reloj de mi mesilla de noche y son... el reloj tiene las agujas en constante movimiento. Pero... ¿Qué es esto?¿Cuándo ha empezado a ocurrir? De repente oigo que me llaman, cuando veo la pantalla no me creo quien es.
*Llamada entrante de mamá*
Empiezo a temblar, esto no puede ser real, dudo entre cogerlo o no, seguramente esto sea una broma. Recojo fuerzas de no se donde, y consigo darle al botón verde. Se escucha un pitido, no distingo ninguna voz, hasta que el pitido para. Miro el móvil y veo como se suman los segundos. La llamada se corta y cuelga. Me llega un sms con un número de cuatro dígitos 2733.
"Cama la de debajo mira"
Tardo en entenderlo, pero me doy cuenta de que está escrito al revés, es un juego de palabras. Cuando logro descifrarlo me entra un escalofrío por todo el cuerpo. Me viene un recuerdo a la mente, una vez cuando yo era pequeña me dijo que si pasaba algo que mirase debajo de mi cama, pero no le dí mucha importante. Y eso es lo que hago ahora, juraría que nunca había visto esta caja fuerte.
Me pide un número... pienso un rato y decido meter el número del mensaje, 2733, ya que además la contraseña me pide 4 cifras. Empujo la tapa de la caja hacia fuera y esta se abre. Al abrirla, parece que está vacía, pero después de estar un buen rato observando el interior, de doy cuenta de que contiene un espejo de forma diagonal, para así dar la impresión de que está vacía, aunque no sea así. Quito el espejo, y observo lo que contiene la caja, bastante asombrada.
¿Otro cuaderno?¿Pero qué es esto? Esta vez es de tapas rojas, y al tocarlo parece que quema. En la tapa, abajo pone: "Mary Anne", ¿Por qué pone el nombre de mi madre? Miro por detrás del cuaderno y pone abajo en el mismo sitio que alante: "Cornelious". Espera... ¿No será es el nombre de mi tío? Siempre le llamaba tito Corni, pero cuando mi madre murió, él desapareció.
Empiezo a sentir como mi corazón se acelera, la vista se me nubla y me pitan los oídos. Escucho el timbre de la puerta entre el pitido y eso me vuelve un poco a la realidad. Voy caminando torpemente por el pasillo hasta llegar a la puerta. Sin preguntar, y ni mirar por la mirilla, abro.
Me sorprendo bastante por mi parte. Tengo enfrente mía al propietario del cuaderno de tapas negras, a Carson.
-¿Dónde está mi cuaderno?¿Lo tienes, no?- se abre paso empujándome y va a toda prisa a mi cuarto. Intento regañarle, ya que no es ni siquiera su casa, pero no digo nada, no tengo fuerzas ni para eso.
-¿Qué haces ahí parada?- viene, y me coge del brazo y me tira hacia mi habitación. Pero en vez de eso, los dos ahora nos encontramos en una sala completamente blanca.
-Pero... ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?- pregunta Carson extrañado.
-Seguramente haya sido por mi culpa... por los poderes- digo con un suspiro.
- ¿Tú también los tienes?- pregunta asombrado. Y yo simplemente asiento. Me pellizco el brazo izquierdo para volver, pero no funciona, me pellizco el otro, y nada que no funciona. Y miro a Carson.
-A mi no me mires, que yo no lo hago así- dice -Espera un momento... si tienes ese poder... ¿Eres Phoenix?- añade.
-Sí, supongo, aunque aún no me acostumbro- digo.
Estoy poniéndome un poco nerviosa, ya que no se como salir de aquí.
-Entonces no hace falta que me devuelvas el cuaderno, porque es para ti. Como ya sabes soy Carson, pero me conocen como Leviatán- dice.
-Vale, vale, vale... basta de presentaciones y me ayudas a pensar como salir de aquí- digo poniéndome más nerviosa aún. El chico asiente, y suena una voz de la nada.
-Poneros la ropa que se encuentra en el suelo- dice una voz femenina.
Busco por el suelo, hasta que encuentro unos monos del color de la habitación, blancos. Nos lo ponemos por encima de la ropa, y luego de una rendija que sale de alguna parte de repente, salen dos bandejas con comida.
-Es hora de comer, que os aproveche a todos- dice la misma voz .
-Creo que no somos los únicos aquí- dice Carson señalando una pequeñísima ventana que da a una especie de patio con más cuartos.
-No me digas que estamos donde creo que estamos...-
-Sí Carson, estamos en un manicomio-
Miro el mono y veo que de la espalda cuelgan dos mangas que son las típicas que se atan alrededor del cuerpo.
-Ayúdame a salir de aquí ahora mismo, yo no tengo que estar aquí, no, no puede estar pasando esto- empieza a desvariar Carson.
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Phoenix
Teen FictionVeamos la magia pues, nunca como fantasía, tan solo es esa poesía que heredamos al nacer, para que puliéndola bien, nos sirva para engrandecer nuestra alegre o triste vida.