Nueva Vida Slytherin *DRAMIONE*

Capítulo 11

Volver a Hogwarts no era la misma sensación de hacía un un año, antes era alegría de volver con sus amigos a ese maravilloso mundo, ahora es tristeza, algo que no se quiere vivir, una sensación tan horrible como un Crucio.

Hermione y Draco iban tomados de la mano hacia la estación King Cross, entraron y buscaron la plataforma 9 y 10. Se miraron por un segundo que pareció una eternidad, el mayordomo dejó el carrito con las pertenecías y se despidió. Malfoy tomó el carrito y cruzó la pared, Hermione, en cambio, la observó, sabía que una vez atravesada no habría marcha atrás. Se armo de valor y cruzó.

Draco la esperaba, tomó su brazo y fueron a dejar sus baúles, la jaula de la lechuza de la familia y la jaula de Crookshanks, su amado gato.

No vio a sus amigos por ningún lado, supuso que ya estaban en el tren o aún no llegaban. Rezaba a Merlin por que fuera la segunda. Llegaron hasta el Expreso y entraron en el. La tristeza de Hermione aumentaba cada vez más al saber que sus padres no fueron a despedirla. No habían tenido el coraje para decirle la verdad, mucho menos para verla a los ojos. Entraron juntos y todas las miradas se posaron en ellos, hasta los niños de primer año los miraban sorprendidos. Hermione se quedo en el área de Gryffindor insistiendo que Draco debía ir con los Slytherins, después de rogarle, lo consiguió. No quería dejarlo ir, pero necesitaba un momento a solas, quería pensar que le diría a los chicos.

Una vez sola en el vagón, se concentró en acariciar a Crookshanks mientras este se dormía poco a poco. Dejó el gato a un lado y observo por la ventana, aún estaban en la estación. Miles de familias despidiendo a sus hijos, unos con una sonrisa de orgullo y otros con lágrimas de felicidad o tristeza. Pero seguro que ninguna de esas familias tenía que pasar por lo que ella debía. Busco un libro de entre sus cosas, pero cuando abrió su bolso, entendió que todo había cambiado, ya no estaba lleno de libros, ahora era maquillaje, perfumes, joyas, y solo un libro. Tomó un pequeño espejo y se observó, siempre odio el maquillaje, pero a pesar de eso, lo llevaba puesto y en su bolso. ¿Qué está pasando? Se preguntó. Buscó un labial y se retocó los labios.

La puerta del vagón se abrió.

La miraba como siempre lo hacía, con cariño y pena, Draco se acercó.

-Guardaste tu corbata en mis cosas, tal vez tengas la mía - se sentó a su lado tendiéndole la corbata escarlata

-Si, la buscaré - se levantó de su asiento y busco en su valija en los compartimentos, ahí estaba, la corbata verde.

-Gracias Linda - Draco le dio un pequeño beso y volvió a irse

Otra vez sola, fue a cerrar su valija cuando...