Capítulo 50 [Querida eternidad]

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Narra Leondre

La calle al otro lado de la ventana se ve lejana a mi, a pesar de estar a una pared de distancia. Los árboles se mecen al ritmo de la brisa, y crean un escenario que no noto perteneciente a mi propia realidad. Ni siquiera se determinar cual es mi realidad.

-¿Cómo te encuentras?- Pregunta el médico escribiendo algo en un portafolios.

Me incorporo en el sofá y me llevo la mano al vendaje del costado. Fuerzo una sonrisa obligándome a despegar la mirada de la ventana.

-Mal, a que mentir- Suelto, sin ganas de ocultar nada- ¿Cómo quiere que esté después de todo esto?-

-Se que es duro Leondre, pero da las gracias por la suerte que has tenido- Se acerca y me separa el vendaje del cuerpo unos centímetros para echar una visual- No hay signos de infección, ¿Los analgésicos están haciendo efecto para ese brazo?-

Le muestro el brazo lleno de moratones y asiento. Me duele menos que hace unas horas.

-Está bien. Quería comentarte que he hablado con tu madre y hemos decidido que hoy hablarás con un psicólogo del centro, será bueno para ti- Lo miro y asiento, necesito contarle a alguien como me siento, necesito que alguien escuche la realidad de hace dos noches, quiero desahogarme. No puedo más con esto dentro- Ah, y Ariadna Guerra...- Elevo la cabeza y lo miro a los ojos con toda mi atención- La psicóloga de la unidad de salud mental infanto-juvenil dice que está estable. Se recuperó del estado de shock horas después de que os trajesen aquí hace dos noches, pero el trance duró hasta ayer de mañana y ha estado hablando con el equipo de apoyo psicológico tras exposición a traumas mucho tiempo. Podrás verla, en cualquier momento entrará por esa puerta- 

Mi sonrisa es la primera de verdad en dos días. La echo de menos, la echo muchísimo de menos, y la necesito a mi lado ahora que todo está tan hundido.
El ataque de ansiedad se fue de límites cuando la tenía entre mis brazos y de repente pasó de gritar a quedarse en completo silencio, entonces solo le caían las lágrimas y miraba a un punto fijo en la carretera mientras se mecía en mi regazo. Miraba a la pulsera, la pulsera que Nate agarró por accidente de mi muñeca, justo antes de empujarme y ser atropellado por salvarme la vida.
Si me hubiese movido Nate estaría vivo, si hubiese despertado del trance unos segundos antes nada de esto estaría pasando.

El médico ha abandonado la habitación y no me he dado ni cuenta, sumido en los recuerdos del accidente. Observo la puerta ansioso de que entre corriendo, y de vez en cuando reviso el móvil para contestar a mi madre, que ha bajado a la cafetería a tomar el aire. Pasan los minutos, me muerdo las uñas, cierro los ojos con fuerza y cuento hasta 100 para no gritar. Las ganas de verla son demasiado fuertes, todo esto es demasiado fuerte y ,joder, ahora mismo sólo quiero abrazarla y decirle que todo está bien, porque esa mentira nos vendría bien creérnosla a los dos ahora mismo. Rompo a llorar, sin fuerzas y vencido, esto es un desastre, la he arrastrado al desastre y ahora tengo una puta pataleta de niño pequeño porque la necesito. La necesito más que a la vida propia. Dios, la vida ya me la da ella, básicamente.

La estancia está en completo silencio, y solo mis gemidos y lamentos rompen este mientras trato de hacer parar las lágrimas. 

-Mi vida...-

Su voz, tan apagada y débil, tan dulce y a la vez desgarrada, se deshace en el ambiente cargado y rodea mi ser llenándome de nuevo. La veo, y no me importa que me vea totalmente rendido y llorando, solo por la necesidad de volverla a ver. Lleva una sudadera blanca descuidadamente arrugada y unos leggins negros, su pelo cae en una trenza sobre su hombro izquierdo, y sus ojos verdes, esos que tanto amo, no están menos cristalizados que los míos. 
Avanza despacio, y su abrazo es suave y cauteloso ante mis múltiples heridas, pero su solo tacto es el mejor analgésico que he probado en las últimas 48 horas. 

-Te he echado de menos- Dice

-Y yo a ti, joder- 

Se sienta a mi vera en el sofá, y me acaricia la cara con una sonrisa que no la abandona. Le seco las lágrimas una a una con atención, y tomo una de sus manos entre las mías. El beso que me da interrumpe nuestro silencio. 

-¿Cómo estás?- 

-Cansada, pero... No puedo estar bien, no podemos estar bien, y lo sabes-

-Pero lo estaremos-

Aprieto su mano con fuerza.

-Lo estaremos juntos- Recalco la última palabra- ¿Verdad?-

-Pues claro, idiota- 

Hundo mi cabeza en su pecho. Podría perfectamente dejarme tras todo esto, podría necesitar un cambio drástico en su vida, o un tiempo que al final acabaría en una nueva vida con otra persona diferente con la que no compartir tantos malos recuerdos.

-Están haciendo el papeleo para darme el alta- Sorbe la nariz y se toma un momento para tomar aire- He estado con tu madre y saldrás en dos días... Se que después de esto quizás no te apetezca, pero en tres días es tu cumpleaños, y lo que yo y Charlie hacíamos cuando nos pillaste en tu portátil hace unos días era preparar tu regalo. Tenemos 4 billetes de avión para la isla de Córcega, en el mediterráneo. Organizamos un viaje a la playa, y tenemos un hotel precioso reservado, no se si te parecerá buena idea, pero quizás nos haga falta desconectar de todo y lo mejor sea apartarnos de este sitio-

Me quedo callado unos instantes, la abrazo y son sobrantes palabras y demás.

-Entonces, ahora te vas a quedar en el hospital a descansar estos dos días, yo me iré a casa y vendré a verte por la tarde de mañana, ¿Está bien?-

-No quiero que te vayas...-Susurro rozando su mejilla derecha con mi nariz

-Tienes que descansar...- Me besa la frente- Y en tres días nos vamos lejos- 

Nos quedamos en silencio y pasando el brazo por su cintura la muevo del brazo del sofá a mi regazo despacio, y procurando no hacerme daño en el intento. Me besa con serenidad, sin prisa alguna, y acaricia mi mentón mientras el silencio tan presente en estos días aparece de nuevo cuando tan solo nos miramos a los ojos.

-Te amo- Sentencio

-Como a nada, sempiterno*- Dice ella.

*Sempiterno: Que una vez tuvo un principio, ya no tendrá final. Eterno.

Nota de la autora:

He vuelto a wattpad.

Remember Me [Leondre Devries]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora