Remember Me [Leondre Devries]

Capítulo 16 [Una oportunidad]

[2 semanas más tarde]

Noche. La débil luz de la luna y las pequeñas farolas esparcidas por el jardín iluminan tenuemente todo el lugar. Una suave brisa que empieza a bajar la temperatura ambiente me despeina y hace que un mechón de pelo termine sobre mis ojos, lo retiro con cuidado y me lo acomodo tras la oreja. Las estrellas brillan sobre mi cabeza y bajo mis pies desnudos la hierba me hace cosquillas... Siento como dos manos rodean mi cintura mientras unos brazos me abrazan por detrás, y entonces alguien deposita un beso en mi cuello.

-¿Que haces aquí fuera? Hace frío, deberías entrar- Me dice con suavidad su voz 

Doy un sorbo al tazón de chocolate caliente que tengo en las manos y me giro para poder ver a mi novio cara a cara. Me sonríe como un tonto, haciendo que no pueda contenerme y deje un beso con sabor dulce en sus labios. 

-Sólo miraba la noche- Le contesto encogiéndome de hombros

-Y... En la noche ¿Que ves?- Me pregunta quitandome la taza de las manos y bebiendo él, para después dejarla en el suelo

Sus brazos me vuelven a rodear y le abrazo, apoyando mi cabeza en su hombro

-Más bien recuerdo. Recuerdo cada una de las veces que miraba esas mismas estrellas- Señalo el cielo- Y deseaba irme con ellas. Deseaba que el mundo se acabase, aunque fuese tan solo para mi. Deseaba desaparecer. Las veo y pienso "Joder, si es que me he dado la vuelta y... ¿Cómo ha podido cambiar todo tan drásticamente? De aquellos tiempos a estes... De estar mal..." De estar mal a tenerte-

-Eso que acabas de decir es precioso- Me dice él apretándome más contra su cuerpo, transmitiéndome su calor

-Es la verdad...- Me quedo un segundo pensativa y vuelvo a dirigirme a él- Leondre, ¿Si se acabase el mundo en unos segundos, tú que harías?- 

Me soltó y me miró a los ojos. Luego se quedó pensando con la mirada perdida en el suelo y tras unos segundos volvió a ponerla sobre mi

-¿Es que no es obvio, amor?- Me pregunta 

Vuelvo a encogerme de hombros y sonríe

-Te besaría. Te besaría y no te soltaría hasta el momento de desaparecer- 

Mis mejillas se sonrojaron y él recogió del suelo la taza, pasó un brazo por mi espalda y me llevó con él adentro.  

Al traspasar la puerta de cristal que conecta el salón con el jardín Charlie nos vio desde el sofá y se levantó de golpe

-¡Esta casa es genial!- Exclamó irradiando felicidad- Tu padre es único Ari, no puedo creerme que todo esto sea para nosotros-

Y es que ya estábamos en la nueva casa, y a Charlie no le faltaba razón, todo era genial. Harían ya unas cinco horas que Frederic había acabado de enseñarnos toda la casa y nos había dejado solos, tiempo en el que habíamos ordenado todas nuestras cosas básicas y explorado las habitaciones. La casa tenía 1 cocina, 2 baños, 4 habitaciones (una de ellas la de invitados, con dos camas), 1 sala de estar, 1 estudio hecho expresamente para los chicos y 1 jardín bastante bonito con una pequeña piscina en el centro. La ubicación era perfecta. La casa estaba a quince minutos en skate del instituto y a diez andando de la zona de tiendas y supermercados más cercana, a parte los vecinos parecían bastante agradables. 

Como no nos apetecía hacer nada, para cenar habíamos calentado chocolate en una cazuela y nos las habíamos apañado con unas pastas que la madre de Charlie nos había dejado antes de irse. 

-Y que lo digas hermano...- Añadió Leo

Nos sentamos juntos en el sofá y estuvimos viendo Britain Got Talent hasta la una de la madrugada, cuando me estaba quedando dormida. Leondre tuvo el detalle de cogerme en brazos y subirme a la habitación.