Harry Potter y las profecías olvidadas.

Capitulo II: Un nuevo año escolar

De pronto, llegó el primero de septiembre.

¿Cómo paso tan rápido? Era difícil decirlo.

Harry tenía en su mente una confusión de edificios históricos, visitas a varios amigos y un par de fiestas —una por su cumpleaños y otra como celebración de que Ron y él habían entrado a la Academia— por lo que le pareció que los meses de Julio y Agosto se le escurrieron entre los dedos.

Como fuera que hubiese pasado, ahora se encontraba en la Estación de King's Cross con un carro que llevaba las cosas de Alexia, mientras la niña avanzaba con paso seguro entre la gente.

—Alexia, no te apures tanto, hemos llegado temprano —dijo Harry, quien seguía a la niña, mientras respiraba algo rápido porque se encontraba un poco cansado debido al peso del carro que empujaba—. Cualquiera diría que tu tren podría a escaparse.

La niña se detuvo ante estas palabras, pero su aspecto impaciente le dijo a Harry que no estaba de humor para bromas y que solo deseaba subirse al tren de una buena vez.

—Es triste saber que pareces demasiado feliz de deshacerte de este viejo primo tuyo —dijo cuando llegó a su lado con una falsa expresión de decepción.

—¡No es verdad! —exclamó Alexia, pero vio como Harry esbozaba una sonrisita maliciosa y se dio cuenta que había sido engañada.

Llegaron al anden 9 3/4, algunos minutos después y como siempre en esa fecha, tanto el tren como el anden se encontraban atestados.

El mago de la cicatriz vio a varios niños, que debían ser de primero, con cara de asustado y agarrados con firmeza de las manos de sus familiares con expresión nerviosa. Otros chicos, ya más grandes, revoloteaban por todo el anden saludando a sus amigos como si no se hubiesen visto en siglos.

—¡Hola, Alexia! —saludo Eliana que parecía recién llegando con sus padres.

—Hola —respondió la niña con una sonrisa sosegada— ¿Cómo estuvieron tus vacaciones?

El joven mago de la cicatriz escuchó como se relataban las novedades del verano, mientras él, a la distancia, vio Ginny a quien saludo de pasada. Observó por si Ron estaba cerca y así era, su amigo se acerco ha él en cuanto lo vio.

—¿Que tal, Harry? —preguntó el chico

—Bien ¿y Hermione? —pregunto de vuelta, pero Ron no respondió de inmediato

—Creo que en su casa —dijo al final no muy seguro

—¿Paso algo? —pregunto Harry preocupado

—Si, pero te lo cuento más tarde —confirmó Ron

Harry asintió, la actitud del pelirrojo no auguraba nada bueno, pero le daría tiempo para que se lo explicara con calma, después de todo nunca había sido bueno contra la presión. Ron se alejó para despedirse de su hermana menor; Harry le volvió a prestar atención a Alexia, la cual le decía a Eliana que se verían dentro del tren.

—Ya es hora —anunció Alexia

—Que te vaya muy bien —dijo Harry algo incomodo

—¿Pasa algo malo? —preguntó Alexia presintiendo que algo andaba mal en su actitud

Harry suspiró y meneo la cabeza, pero Alexia lo miraba de manera penetrante como si con eso pudiera sonsacarle lo que quería saber.

—Solo me siento incomodo por no poder subirme a ese tren, echare de menos Hogwarts —dijo Harry y sonrió al darse cuenta que la niña si parecía tener el poder de sonsacarle una respuesta sincera.