Harry Potter y las profecías olvidadas.

Capitulo IV: Extraños Sucesos

Después de comer, los tres amigos se dirigieron al salón de la casa, donde hablaron de todo y de nada pasando una tarde agradable.

—Tengo ganas de tomar una buena cerveza de mantequilla —dijo Ron de repente.

—No creo que aquí cerca encuentres algo donde comprarla —dijo Harry

—No me importa, quiero cerveza y tomaré cerveza —dijo decidido, su novia lo miraba extrañada—.Iré a comprar.

—Como quieras, voy contigo... —dijo Harry, pero fue interrumpido por el pelirrojo.

—No te preocupes , ustedes dos quedense aquí y yo volveré en menos de lo que se dice "por los pantalones de Merlin" —anunció y Harry rió ante su ocurrencia, pero por lo menos le acompaño hasta la entrada—. Aprovecha de hablar con Hermione, por favor —dijo en susurro con rostro suplicante, antes de salir a las calles londinenses.

"De eso se trataba" pensó Harry mientras volvía al salón y se encontraba con una Hermione perdida en sus pensamientos y Harry no puedo evitar preocuparse aún más.

—¿Todo bien, Hermione? —preguntó

—Mmm... —Hermione no respondió, debido a que estaba distraída y Harry tuvo que repetir la pregunta—. Si, todo bien —dijo sonriendo de una forma bastante falsa.

—No lo pareces —aseguró Harry y se sentó frente a ella— ¿Que pasa?

—Estoy segura que Ron ya te lo contó —dijo la joven, con una sonrisa ladeada.

"Hay cosas que no cambian" pensó Harry, en cierta forma más aliviado.

—Si, me lo ha contado —dijo Harry, sin esconder nada—, pero quiero oírlo de tu boca.

La castaña lo observó unos instantes como evaluando que hacer, luego suspiró y comenzó a relatar sus sentimientos de intranquilidad. Según ella, se sentía perdida en ese mundo de adultos, era una inseguridad que le atacaba cada dos por tres y era como si diera vueltas en círculos, una y otra vez.

—Hermione, eres la persona más inteligente que he conocido —dijo Harry, en un tono como si estuviera diciendo "el cielo es azul" —Puedes hacer lo que te propongas, mas que buscar que DEBES hacer tienes que encontrar lo que QUIERES hacer

—Pero ¿y si resulta que no soy buena en eso? —preguntó su amiga

—Por lo menos, te divertirás —dijo el joven sonriendo—. Ya no estamos en la escuela. No es necesarios que saques una nota perfecta.

—Eso es verdad, ya no estamos en la escuela. Es por eso que siento que mis errores podrían causar muchos problemas —dijo Hermione perdiendo la calma—. Eso es lo que más me aterra.

—Nadie nace sabiendo —dijo Harry—, mientras pongas todo tu esfuerzo en lo que hagas, es poco probable que las cosas resulten mal —argumentó el joven mago.

Ante estas palabras, la joven se mantuvo en silencio y luego de unos instantes soltó una risa bastante sincera.

—Sabes que Ron me dijo exactamente lo mismo —dijo la chica de improviso.

—¿Ah, si? ¿y porque no le hiciste caso? —preguntó Harry extrañado

—No es que no le haya creído —dijo Hermione—, es solo que siempre se ve tan infantil cuando trata de ponerse serio —la chica rió ante el recuerdo—. Se revuelve el pelo, mueve sus manos por aquí y para allá, mientras se vuelve todo colorado —explicó—. No pude tomarlo en serio en ese momento, además ese día me encontraba frustrada y terminé por enfadarme con él.

Harry sonrió, así era la relación de sus mejores amigos, un equilibrio casi perfecto entre el amor y el fastidio.

—Pensaré en lo que ambos me han dicho —anunció Hermione—, buscaré algo que llame mi atención y lo intentaré.