cap 43

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Después de que Lucía y yo estuviéramos un rato más hablando, ella se fue y yo me quedé sola. En el agujero negro de mis pensamientos que lo único que hacían era matarme más y más.

Sinceramente jamás había pensado en esa posiblidad. Sus miradas, sus besos, sus sonrisas y sus caricias, todo parece tan sincero...Sin embargo, no puedo descartar esa posibilidad por muy dura que sea.

Él fue un demonio...No me preocupa

Él es un humano...Me preocupa y bastante.

Siempre he pensado que los humanos tienen un corazón más frío y oscuro que los propios demonios. Creo que por eso jamás me incomodo el hecho de que Sebastian fuese un demonio y ahora que es un humano, realmente no se lo que piensa.

Bueno...Sinceramente nunca lo supe.

Pero aún así, no tendría sentido. Si él nunca me hubiera querido, entonces  jamás habría renunciado a su inmortalidad por mi, jamás hubiera roto el contrato y sobre todo, él nunca se hubiera contenido al momento de devorar mi alma. Por lo que no creo que él hubiera hecho todo eso solamente para tener una aventura pasajera conmigo o con otras humanas.

Sebastian siempre me ha tenido con un revuelto de ideas, dudas y pensamientos. Pero está vez no. Esta más que claro que él evadira pregunta alguna, así que yo misma iré a averiguar lo que realmente pasa.

Me di una ducha rápida y salí de la mansión. No lleve el carruaje ya que Jennifer se lo llevó, entonces no quedo opción más que caminar. A fin de cuentas no es ni tan lejos.

Fueron aproximadamente, diez minutos de caminata pero no me cansé tanto como pensé que lo haría

—¿por dónde comienzo?...¡Ya se!

Camine rápido y llegué a una panadería que le gustaba mucho a Sebastian. El dueño es muy simpático y me imagino que él lo debió haber visto.

—buenas tardes señor Never

—¡Oh! Buenas tardes ____. De haber sabido que vendrías te hubiera preparado las galletas de chocolate que te gustan.

—je. Gracias, pero estoy aquí para preguntarle algo

—adelante

—¿usted a visto a Sebastian?

—pues, él paso por aquí pero fue rápido. Sólo compró una torta pequeña de chocolate y se fue.

«¿Qué? Pero a él no le gustan las tortas y mucho menos de chocolate»

—ya...bueno gracias señor Never

—de nada hija, espero haber sido de ayuda

Dicho esto salí de la tienda. Más confundida que antes y con más dudas y preguntas en la cabeza, me dirigí a la mansión. Se que no busqué mucho pero ya se está haciendo de noche y Sebastian ha de estar por llegar.

Camine un poco mas lento para despejar mis ideas. El sol se estaba ocultando, el cielo era un color crema muy sutil y había una brisa fría que me golpeaba el rostro.

Llegue a la mansión y Jennifer fue quien me abrió la puerta

—hola mamá

—hola Jenn

—y eso que saliste? — pregunto  extrañada— ahhhh, ya se, era una cita con mi papá ¿verdad?

Iba a decir algo pero cerré inmediatamente la boca para formular otra pregunta

—¿sebastian no ha llegado?

—mmm no— dijo mirando detrás de mi— pensé que estaba contigo...¿esta pasando algo?

¿Alma o corazón? (Sebastian y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora