Xandria y Esmeralda caminan en direcciones opuestas, la menor hacia la pista de baile y la mayor para la fuente. Yo por mi parte decido regresar a la mesa del bufete y servirme otra copa y algo para comer. Siento un toqueteo en mi hombro y al dar la vuelta veo a un chico, de cabello oscuro y un poco despeinado, diría que es más joven que yo, un adolescente.
-¿le, le gustaría bailar? - tartamudea. Pienso en negarme pero al ver su rostro esperanzador termino doblegando, tomo su mano, dejo mi copa en la mesa y camino con él. Nos quedamos en el centro de los demás bailarines, pongo mi otra mano en su hombro y nos empezamos a mover lentamente al ritmo de la melodía. La orquesta está tocando una canción romántica y Cinder entonaba una canción Elfica, una composición que sin palabras podía transmitir el más puro sentimiento, sílabas con melodías adaptadas al ritmo de la música mientras narraba una historia de amor, un antiguo mito de nuestra cultura. "Hace cientos de años los elementos tenían forma material, un cuerpo físico para habitar nuestro mundo. El agua era una delicada mujer, con su cabello negro y un vestido corto de color turquesa, caminaba sobre los ríos y los mares como quien camina sobre arena. Era fiel compañera del segundo elemento, pues estaban unidas para mantener la armonía, el agua alimentaba las tierras y esta se nutría y se llenaba de frutos y alimentos para los animales, hadas, gnomos, duendes y un sin fin de criaturas que llenaban el mundo. La tierra vestía con una estratégica falda hecha a mano y una pequeña blusa a juego, su cabello castaño ondeaba al caminar y sus pies descalzos sentían el vibrar de la naturaleza. El aire siempre desde los puntos más altos, se complacía de toda la paz que reinaba, soplaba fuerte cuando los rayos del sol calentaban los bosques y más suave cuando la luna se posaba alta en el cielo. Pero no todo era felicidad, el fuego con su corazón destrozado vivía dentro de una cueva creyendo que así no podría herir a nadie, no había siquiera un pequeño insecto y las brisas se desvanecían antes de tocar su piel. Sumido en su miseria y queriendo darle fin, sale de su nido para sentir el sol antes de realizar su cometido. Dando unos tímidos pasos logra ver la luz, pero no su luz, esta era diferente, no dañaba y su brillo era embriagador, alrededor todo era verde y escuchaba a las aves cantar, pero una mirada al suelo y su pesar volvió con más fuerza pues donde pisaba todo se volvía cenizas. Desesperado, toma una roca y con su inmenso calor la logra moldear haciendo una fina daga, esta vibra como si tuviera vida y le suplica ser usada. El fuego preparado para apuñalar su corazón sostiene la daga en alto pero antes de clavarla hasta el mango, una voz femenina grita
-No, por favor, no lo hagas - confundido, dirige su mirada a la dulce voz.
- ¿no ves que esto es lo mejor? , solo sirvo para destruir, mira mis pies, todo lo que toco empieza a arder- le responde al agua.
- No, no es así, por favor, suelta la daga- ella da unos pasas para acercarse y él retrocede uno
- Si te acercas a mí saldrás lastimada - le advierte pero a ella no le importó, estando ya muy cerca y a punto de tomar el arma de su mano, siente que alguien más la sujeta por el pie, al bajar la mirada ve unas enredaderas sosteniéndola
- ¿Qué haces? Si lo tocas te herirá - le dice la tierra. El aire al ver lo que sucede, decide tomar partido y acercarse a ayudar.
- Agua, la tierra tiene razón, no es su culpa ser lo que es pero haciéndote daño a ti misma sólo empeorará las cosas- los cuatro elementos entraron a una discusión que parecía no tener fin, pasadas las horas y todo tornándose oscuro. Las nubes empiezan a cubrir el sol y los truenos amenazan con salir, los frutos poco a poco se empezaban a podrir y las demás criaturas asustadas buscaban refugio, pero esto no los hizo detenerse pues el agua, con su enorme bondad, necesitaba salvarlo, necesitaba salvar su corazón herido, y peor aún, necesitaba que él lo supiera, que él la amara. Pasados los días y su mundo cayendo en la perdición, apareció alguien más, nadie conocía su existencia pero no demostraba maldad en sus facciones. No caminaba como todos los demás sino que se elevaba varios centímetros del suelo, era hermoso pero no sabrían decir de si era hombre o mujer, de un tono plateado y de su piel emergía un brillo inusual. Todos los elementos se quedaron viendo al extraño pero sin una pizca de temor.
- ¿Quién eres?- le preguntó el fuego
- Yo soy Akasha, el quinto elemento - todos extrañados lo miran sin comprender.
- No puede ser verdad, los elementos tienen que estar presentes o el mundo no tendría paz, ¿cómo puedes decir que eres el quinto elemento si en todo este tiempo solo has estado ausente?- le pregunta el aire enfadado, akasha lo mira atentamente y asiente una vez.
- Tienes razón, pero yo nunca he estado ausente. Soy la energía que rodea este mundo, sin mi ustedes, ni nada de lo que ven ahora, podría existir. Mi cuerpo no es como el de ustedes, no tengo un corazón latiendo en mi pecho ni sangre por mis venas - estira su mano y la deja suspendida en el aire, el agua entendiendo lo que quería, coloca su mano sobre la suya pero esta la traspasa - mi cuerpo no es de materia, solo energía, estoy en todas partes viendo al mundo florecer, pero su pelea me ha hecho venir aquí. El mundo se está cayendo a pedazos y si continúan así, será irreversible. - Todos los elementos se miran con tristeza en sus rostros pero el fuego y el agua comparten una mirada aún más llena de pesar.
- Akasha, esto es mi culpa. Pero no puedo soportarlo más, para vivir una vida en miseria, prefiero no vivir - el fuego lo mira y este le devuelve la mirada.
- Tú no puedes dejar de existir, el equilibrio del mundo necesita a los cuatro.
- ¿Pero vivir así?, ¿Cómo alguien podría? - dice el agua, mira al fuego con una lagrima corriendo por su mejilla y luego a akasha una vez más- por favor- le susurra. Él se eleva un poco más y los mira desde arriba.
- ¿Qué estarías dispuesta a hacer por él? - el agua sorprendida con su pregunta, aspira profundo y con determinación responde.
- Todo.
- ¿Darías tu vida por él? - ella sin doblegar su expresión asiente una vez más.
- ¡No! ¿Qué estás haciendo? Por favor, no lo hagas- le dice la tierra, el agua le sonríe con ternura y acaricia su cabello, la tierra la abraza y llora sobre su hombro. - no me dejes- le pidió entre sollozos.
- Debo hacerlo, mi dulce niña. Siempre estarás en mi corazón- el fuego aturdido por todo lo que ha pasado, entiende lo que el agua está a punto de hacer y sintiendo como su miseria tan arraigada en él, se comienza a desvanecer y una lágrima de felicidad comienza a caer. Por fin tiene una amiga, un amor.
- Yo también soy capaz de dar mi vida por ella- dice la tierra, el agua se niega a aceptarlo pero la tierra decidida le dice - ya he tomado mi decisión, hermana. A donde tú vayas yo iré. - El aire afligido pues siempre ha estado enamorado de la tierra, su amistad con los animales y su bondad le ha abierto un profundo sentimiento en él.
- Yo también iré- dice sin quitarle la mirada a su amada. Akasha viendo todo lo que ha pasado, coloca sus manos juntas y al abrirlas aparecen cuatro piedras preciosas flotando en el aire, como si un fino hilo invisible las sostuviera ahí entre sus manos.
- Para el agua, un zafiro - y siguiendo su orden, la gema cubre la distancia colocándose al frente de su dueña.
- Para el fuego, el rubí- siguiendo el mismo recorrido que la anterior, esta se posa frente a los ojos de su dueño.
- Para la tierra, la esmeralda. Y para el aire, ópalo lunar- al estar todas las piedras frente a sus dueños, cada uno levanta la mano para tomarla - esta noche será luna llena, para que puedan vivir en armonía una vez más, deberán pararse en medio del sendero donde su luz los bañe por completo, cada uno tomará su piedra frente a sus labios y recitar "soy tuyo y tú eres mía. Nuestras almas viajarán juntas hasta la eternidad y este poder que ya no es mío, vivirá". Así sus almas dejarán esta tierra y su poder pasará a ser parte de la piedra. Los elementos dejarán de tener cuerpo físico y todo volverá a ser paz.
- Pero ¿estaremos juntos? -Preguntan el fuego y el aire a la vez
- Sus almas estarán juntas por siempre- dicho esto, desapareció en una delicada cortina de niebla que pronto se desvaneció. Los elementos prepararon todo para esa noche y siguiendo las indicaciones, recitaron el hechizo y poco a poco sus poderes fueron menguando, el agua ya no escuchaba el arrullo del mar, la tierra no sentía el vibrar de la naturaleza en sus pies, el aire al soplar no era diferente a los demás, y el fuego veía a sus llamas extinguirse. Sin poder creerlo, acerca su mano con timidez a su amada y al tocarla ella sonríe, no hubo dolor ni sufrimiento, solo una caricia de dos enamorados. Se abrazaron con fuerza y entre todos unieron sus manos, viendo como sus cuerpos pasaban a ser cada vez más translúcidos, el fuego le susurra al agua en su último aliento, -hasta la eternidad- y ella le sonríe de vuelta hasta que ya no hubo nada"
Al terminar la canción, me separo un pocode él y ne susurra -Siempre amé esa historia, sería increíble si alguien pudiera encontrar esas gemas, ¿no crees?- sonrío ante su inocencia
- Es solo un viejo cuento de amor- le respondo. Nos soltamos y me hace una pequeña reverencia.

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Akasha
FantasiaTres hermanas guerreras, tres personalidades opuestas y un mismo objetivo, proteger su reino. Esmeralda, Xandria y Zaphire conocen su destino y se apegan a ello. La paz que ha perdurado por décadas conoce su fin, un mundo desconocido y obstáculos qu...