A la Espera de Ti

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PoV's Emil

¡Mierda! ¡Mierda y mas mierda! ¡¿Como es que algo así le pasaba a él?! Se quería tirar de los cabellos hasta quedarse calvo. Pero es que ¡en serio! ¡¿Realmente podía estar en peor situación?! 

Ok, recapitulemos. Pongamos las cosas en orden. 

Llevaba un año y tres meses conociendo a los hermanos Crispino. Se había encariñado mucho con Sara y cayo enamorado de Michelle. Hasta allí todo bien ¿no? Entonces ¡¿Por qué su mala suerte hizo acto de presencia justo cuando estaba por confesarse?!

Lo planeo con gran esmero, invito a su querido Micky a una agradable velada (aprovechando esa final en Moscu), le pidió a su cuñada que los dejara solos un poco y preparo un bonito ramo de flores para su chico. Todo parecía ir viento en popa (a pesar de los notorios nervios del italiano) y, entonces, Micky le lanzo esa estúpida frase que lo hizo quedar en shock:

"No pienses que con esto me has ganado, Nekola: jamas te dejare quedarte con ella."

¿En serio alguien era tan cerrado como para no ver lo que esta enfrente de sus ojos?

Bueno, Micky. Sera como quieras, te esperare. Esperare a que tus ojos se abran y la venda caiga, aun si tengo que esperar toda una vida. Con mis acciones te diré lo que mi corazón se muere por gritarte a la cara, solo espero que no me desprecies cuando mis labios consigan decirte mi mas sincero sentir.

******

 —¡Emil! —un grito me devolvió a la realidad.

Tuve que sacudir un poco la cabeza para despejar ese recuerdo y centrarme en el presente. Mire nuevamente al frente para encontrar la mueca de desconcierto en mi italiano y, muy escondida, la preocupación por el lapso de despiste que me invadió.

—Estoy bien, Micky. Solo recordé la vez que estábamos en Moscu... —mi rostro alegre seguro se vio opocado por una nostalgia agridulce.

 —Oh... ¿la velada? Fue realmente hermosa... —susurro mi hermoso chico de piel de caramelo con un brillo delicado en sus ojos, desviando la mirada. 

No Micky, no me dejes sin esas joyas que traes por ojos.

—¿Te gusto? —tome el mentón ajeno y lo hice voltear a mirarme a los ojos. Seguro de que la sorpresa se dejaba ver en los míos, mezclándose un poco con el dolor que la indiferencia del rostro amado en aquella ocasión me ocasiono.

—Ciertamente, Emil. —la pena invadió rápidamente el rostro de mi dulce Micky, logrando que suspirara enamorado—. Lo siento mucho si no di la impresión, estaba muy nervioso... y ya sabes que me cierro cuando eso pasa.

—Eso lo sé ahora, entonces no tenia ni idea... debiste decirme. —le mire con reproche, bastante molesto por como me había sentido tras ese día. 

—Lo sé, nunca me comporte bien contigo... —los ojos de mi italiano brillaban con culpa y añoranza,— no se como alguien como tu se fijo en alguien como yo. 

 —¡Micky, hey! —lo abrace con fuerza, mientras el enojo disminuía, le enternecía la inseguridad del otro y estaba muy dispuesto a alejarla—. Tu no tienes nada de malo, tu carácter es algo rudo por todo lo que pasaste. Pero eso no quita que sea todo de ti, hay mucho de Michelle Crispino que se puede amar. ¿No te acabo de decir hace un rato que amo todo de ti?

Micky se sonrojo a mas no poder, haciéndome el ser mas feliz del mundo.

—En aquel entonces ya te quería y estaba por declararme, pero...  —fui interrumpido por un desconcertado (y precioso) gritito de mi amado.

—¡Oh por Dios!  —y se tapo el rostro con sus manos. 

Como es posible que me enamore mas de lo que ya estoy, me va a volver loco.

—Jajajaja, Micky eres adorable. 

—¡Pero que idiota he sido!  ¡No te rías, es serio!

—Ya paso, mi amor. Ahora estoy muy feliz de... — "que finalmente  estemos bien y juntos. " Al menos eso era lo que estaba por decir cuando sus labios chocaron con los míos.

¿Puedes escuchar mi corazón, Micky? ¿O soy solo yo el que puede? ¿Estoy soñando? ¡Mierda, no me despierten! Me estas besando, tan dulce y tan apasionado... Eres mi adicción, amor mio. Y al fin puedo decir que lo eres: Mio, mi amado Micky.


*****


Habían salido del bar, caminando tranquilos y en un cómodo silencio de regreso al hotel. Subieron hasta la habitación que compartían, se sentaron en el balcón y empezaron a charlar. En medio de esta, Emil se queda viendo a la nada y su compañero le grita para volverlo en si. Una cosa lleva a la otra, entonces el checo suelta las palabras "mi amado" y Michelle Crispino, incapaz de suprimir la euforia que lo invade, no puede hacer otra cosa que besarlo. Trasmitirle con ese simple gesto, que lo esta haciendo muy feliz y que desea con cada fibra de su ser ese amor tan puro y sincero. Michelle siente la imperiosa necesidad de entregarse a esos brazos, sin segundas intenciones mas que devolver el cariño dado por el otro. Porque por primera vez ya no se siente confuso, ni solo ni mucho menos perdido: en los brazos jóvenes ha encontrado una paz y una alegría muy difícil de describir. 

Y se besan por largo rato, dejando salir sus sentimientos mas profundos. No hacen mas, por el momento no necesitan nada mas. Solo ese instante, donde sus corazones se alzan sobre una muchedumbre uniéndose.

Emil Nekola finalmente a obtenido su recompensa: la espera finalizo, si bien no fue larga, fue dolorosa. Y ya no habría fuerza alguna que pudiera separarlo del hombre de ojos violetas.

Esa noche, en la oscuridad, las enormes sonrisas fueron mas que evidente. En camas aparte, pero sintiéndose mas juntos que nunca antes, se desearon buenas noches. Dispuestos a enfrentar todo lo que trajera el día siguiente, en tanto estuvieran juntos nada podría separarlos: ni siquiera la distancia que enfrentarían al volver a sus respectivos países, unos días mas tarde.


Porque si ya he esperado por ti estos dos años, puedo hacerlo por unos meses mas: Mi amado italiano de ojos amatistas, mi gruñón y tierno Micky.

Esperando por tu Amor -Emicky-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora