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Cuando la presentación terminó me dirigí hasta donde había estado antes con los chicos.

-¿Qué tal estuvimos? - Me pregunto Madel sonriendo

-Estuvieron muy bien, chicos - Le contesté

-¡Gracias! - Exclamó Dyllan con una gran sonrisa, seguido por Chad, mientras Fabien solo me miró por el rabillo del ojo y luego volvió su mirada a la nada.

-Madel, ¿Puedo hablar contigo? - Le dije al mencionado

-Claro - Me acompaño fuera de la cafetería - ¿De qué quieres hablar?

-Fabien... 

-Creo saber que es lo que quieres - Me interrumpió y soltó un suspiro - Fabien siempre ha echo esto, mira mal a las chicas que traemos, en especial si yo traigo a una, pero creo que tiene buenas razones.

¡¿No soy la primera que trae?! Debí de imaginarlo, Giwells es un imbécil...  - Pensé y me quede callada.

-¿Shess?

-Perdón, ¿cuales son sus razones? - Le contesté seria

- Fabien es gay y en algún momento me dijo que estaba enamorado de mi, sólo que yo no voy por ahí, me dijo que lo entendía y no cambio en nada nuestra amistad, pero creo que le afecta verme con una chica.

-Ya veo. Me tengo que ir

-Te voy a dejar a tu casa, me queda de paso.

-Estoy bien, Madel. Puedo cuidarme sola

-Lo mismo le dijiste a Marcous ¿no?

-¿Qué tiene que ver eso?

-Shessey - Me tomó de la mano - No soy Marcous así que no te dejaré ir sola a tu casa - Miró al cielo - Y menos cuando es tan noche y se ve que lloverá, vamos. - Me quedé un poco sorprendida y no supe que hacer, así que deje que el pelinegro me llevara a casa.

Nos despedimos de los chicos, Madel tomó su guitarra y nos pusimos en marcha hasta mi casa.

- No tenías que traerme hasta aquí - Le dije cuando estábamos frente a mi casa

- Ya discutimos esto, Shessey - Sonrió - Además ya te dije que me quedaba de paso - Miró su reloj - Es hora de irme, espero que no te haya metido en problemas con tus padres 

-Para nada, están de viaje así  que sólo yo estoy en casa

-Me alegro de que lo estés - Unos segundos tarde, Madel se dió cuenta de lo extraño que sonaba eso, abrió los ojos como platos y con una voz nerviosa comenzó a titubear - ¡No por eso! ¡Es decir, está bien que no te meta en problemas por que estas sola, no por que quiera que estés sola para cosas sexuales, no es para nada eso! -Le miré fijamente - ¿S-Shessey? - Me acerqué a el y lo bese, así es, estaba besando a Madel Giwells, el chico del que siempre me burlé.

Abrí la puerta de la casa y aún besando al pelinegro entramos, íbamos de camino a la sala, pero Madel se detuvo, me alejó de él.

-Esto - Hizo una pausa - Esta mal, Allen. Perdón, me tengo que ir. - Giwells me dejó ahí, avergonzada de lo que había echo.

Decidí no pensar en ello, ahora sabía la historia de Madel y se supone que deberíamos de dejar de hablarnos, pero... ¿Por qué demonios lo hice? 


Llego el día de ir a la preparatoria de nuevo. Iba a evitar al pelinegro a toda costa, no le iba a buscar ni para darle una explicación, por que no la había, pero el me buscó a mi.

-Allen ¿Podemos hablar? -No se por que accedí a hacerlo, tal vez tenía curiosidad de saber que me iba a decir, tal vez no quería alejarme de él.

-¿Por qué me llamas por mi apellido? - Le pregunté

-Es más correcto, nunca fuimos amigos, así que no tenía derecho a llamarte por tu nombre. 

-Idiota - Le contesté - ¿Nunca fuimos amigos? 

-No, nunca lo fuimos, tú solo eras una gatita curiosa y yo te dí lo que querías.

-¿Qué se supone que quieres, Giwells? 

-Me vine a despedir, en la presentación de la otra noche había un hombre de una disquera que buscaba un nuevo artista o banda entonces nos encontró a nosotros. Sólo... Quiero decir que fue divertido pasar tiempo contigo. - Me quedé callada - No tienes que decir nada si es lo que estas pensando. Quizá nos veremos después, quizá no, como sea, también quería decirte que olvidaré lo de esa noche y espero tú también lo hagas, sé que solo fue una acción impulsiva y realmente no querías hacerlo. 

-Quería hacerlo - le contesté. Hice una pausa larga y luego lo miré - Me alegro de que hayas conseguido tu sueño, les deseo suerte, Madel. - Dicho esto me dí la vuelta a punto de irme, pero Madel me tomó de la muñeca y me atajó hacia él, me abrazó. 

-Gracias, Shess; por cada cosa que hiciste en mi, gracias. - Me dejó de abrazar y se fue.


Habían pasado ya dos semanas desde que Madel dejó de estudiar. No lo extrañaba, pues me acostumbré rápidamente a su ausencia, como siempre, pero tampoco había escuchado de él y su banda en la radio, la televisión o en redes sociales. Me preguntaba si realmente le estaba yendo bien.

Introvert//Outgoing In subwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora