Yaxley || Regulus Black

Capítulo 2.

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s e p t i e m b r e ;
King's Cross plataforma 9 3/4 ]

Alrededor de Violet lo único que distinguía eran niños de todas las edades con sus familias tirando de baúles para adentrarse como otro año más en el tren que les llevaría a Hogwarts.

Violet estaba muy nerviosa y se sentía bastante presionada por parte de sus padres, principalmente de su madre, ya que había pasado con éxito todos sus TIMOs pero ahora tenía que prepararse este curso para poder realizar los EXTASIS el curso siguiente.

Desde el curso pasado tanto la familia Yaxley como la Black no pararon de halagar a Regulus por su título de prefecto además de ser un increíble buscador en el equipo de Quidditch de Slytherin.

Una vez que Violet se despidió de sus padres y hermano se adentró en el tren para buscar un compartimento vacío mientras pensaba en la reacción que su madre tuvo cuando volvió a comentarle, como otro año más, que quería jugar Quidditch en Hogwarts.

―¡¿Estás loca?! Te lo repetiré una última vez, TÚ ERES UNA SEÑORITA, NO JUGARÁS A QUIDDITCH. Si vuelves a sacar el tema no me quedará más remedio que castigarte y no quieres eso ¿verdad?

Realmente no entendía a su madre, ella era libre de poder elegir. Pero Margaret tenía otras ideas en su cabeza.

Le habló de que ahora que era una mujer tenía que tener en cuenta muchas cosas y no hacer nada que la deje en evidencia ya que tendría que casarse en algún momento.

Casarse, eso era lo último que tenía la metamorfomaga en su cabeza. Quería hacer muchas cosas antes de asentar la cabeza, por Merlín, ¡ni siquiera había besado a alguien como para pensar en matrimonio!

Dejando sus pensamientos a un lado, abrió uno de los dos libros que había cogido de su baúl antes de dejarlo y se sumergió en las fantásticas historias mitológicas que fueron un regalo de su padre.

Cuando estaba terminando la historia de Apolo y Daphne la puerta del compartimento se abrió dejando ver al menor de los Black con su túnica de Slytherin impecable y reluciente placa de prefecto.

El chico observó cómo el color de pelo de la antes pelirroja cambiaba a un tono marrón mientras ésta cerraba los ojos al mismo tiempo que se masajeaba el puente de la nariz, signo de desagrado y molestia.

Era un color de cabello que casi siempre veía cuando sus familias estaban reunidas y llegó a aprender que no era exactamente por la alegría.

Regulus podría pensar, escribir e incluso hablar solo en su cuarto sobre el curioso cabello de Violet, pero nunca lo admitiría en voz alta. Era como un imán que le atraía, adoraba el tono anaranjado que se volvía más brillante al ser reflejado por el sol, eso tampoco se lo diría, o por lo menos eso era lo que el pensaba en ese momento.

Regresando al momento en cuestión, el joven dejó de pensar en la muchacha cuando notó que unos ojos verdosos con pequeñas motas marrones le observaban.

Sí, también se había fijado en esos curiosos ojos.

―Venía a ver cómo estabas, mi madre insistió en que te viera, te tiene mucho aprecio.

―Walburga siendo tan amable como siempre ― Regulus no sabía si era sarcasmo o no ― Como siempre te digo, aquí estoy, no hace falta que vengas a vigilarme como todos los años, te estarán buscando tus amigos.

Por un instante casi decide irse de ese vagón pero los ojos grisáceos del muchacho se topan con la portada del libro que tenía al lado de ella, no el que estaba leyendo.

―¿Desde cuándo te gusta el Quidditch? ¿Acaso vas a presentarte a las pruebas para entrar en el equipo? No creo que muchos lo vean exactamente...

―Ya sé que no ven bien que una chica forme parte en los partidos de Quidditch y me encantaría poder jugar pero mi madre no lo aprueba y apenas he podido practicar este verano, no se ve muy bien por las noches.

―¿Huyendo por las noches para volar con la escoba?

―Exacto.

Tras meditarlo durante unos instantes recordando las palabras de sus padres a finales de verano decidió que por lo menos tendría que llevarse bien con la joven.

―Yo puedo ayudarte, así a lo mejor el curso que viene puedes estar totalmente preparada.

―Mi madre me mataría si se enterara.

―Pero no tiene que enterarse ¿no? Puede ser nuestro secreto.

Accediendo a la propuesta diferentes pensamientos pasaron por la cabeza de ambos.

Violet sabía que era arriesgado y podría meterse en problemas serios si Regulus decidía hablar pero lo único que el joven Black tenía en mente era que había realizado un acto que favorecería a ambos en el futuro.

O eso esperaba.