Enero 6 . - FINAL

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Aquella mañana como algunas atrás, desperté al lado de Hide, su delgado y frágil cuerpo desnudo reposaba junto al mío, dándome la espalda como si me ignorara. Me levanté y tomé mi ropa colocándomela con tranquilidad. Esa tarde tenía pendientes, nuevamente iba a dejarle solo. Con mucho cuidado lo desperté besando su mejilla repetidas veces, luego sus labios... Abrió los ojos y me miró como hacía todas las mañanas, con esa sonrisa infantil y tierna que tanto me gustaba. Luego de despedirme de él, salí de ahí.

Horas más tarde volví al apartamento, al abrir la puerta no pude creer lo que vi, Hide me esperaba en el sofá, estaba envuelto en la túnica que le había regalado en navidad, uno de sus hombros estaba descubierto y me miraba con un profundo deseo inútilmente fingido. Me mostró la punta de su lengua, atrapada entre sus dientes blancos, le sonreí y cerré la puerta luego de entrar, luego de despertar de ese momentáneo shock que me habia petrificado.

"Buenas noches Ya-chan..." Me detuve en mi trayecto hacia aquel cuerpo pecaminoso que me llamaba con la simple mirada, me detuve al escuchar aquel pseudónimo. "Qué dijiste?" No continué, di un paso hacia atrás. "Ahora que sé tu nombre, puedo gritarlo mientras me haces el amor, que te parece?" Levantó una ceja y torció su sonrisa de forma sensual, pero sus ojos ya no me miraban con deseo, pude encontrar algo diferente en ellos.

Lentamente se puso en pie y se acercó hasta mi, contoneándose como un minino, se pegó a mi cuerpo rodeándome el cuello con los brazos, lamió mis labios y suspiró cerca de estos haciéndome temblar. Me besó como no lo había hecho antes, con hambre como si quisiera fundirse en mis labios. No pude más que corresponderle, lo besé de la misma forma. Rodeé su cintura y lo apegué a mi, apreté su cuerpo contra el mío, entre mis manos. Lo empujé nuevamente hasta el sillón perdiéndome en la lujuria que él me transmitía. Repentinamente me giró haciéndome quedar debajo y me miró sin decirme nada, mi respiración ya estaba descontrolada, le miré también. Sus largos cabellos rojizos caían por un lado de su hombro y acariciaban mi pecho por la cercanía. Estaba volviéndome loco como cada noche.

Tomó el control de la situación con habilidad, cuando menos lo esperé, mi ropa estaba en el suelo y el estaba sobre mi, cabalgándome como un experto. Me había vuelto su esclavo, no me sentía capaz de hacer nada, mis sentidos estaban nublados por el inmenso y exquisito placer que me provocaba Hide... Podía escuchar sus gemidos, uno tras otro, prolongándose en un grave alarido con cada movimiento de su cadera. Yo mantenía los ojos entrecerrados, las expresiones en su fino rostro no hacían más que aumentar mi excitación, comencé a gemir también, tratando de sofocar mis gemidos mordiéndome los labios, pero era inútil. "Sakurazawa..." Le escuché vagamente en un susurro, al mismo tiempo que ponía su mano en alto, no entendí porque lo hacía, mis manos apretaban su cintura sintiéndolo tan mío...

De pronto sentí su pecho pegado al mío, estaba recostado encima de mi cuerpo, se había acercado a mi oreja y la lamía suavemente sin dejar de mover sus caderas. Entre el éxtasis que sentía alcancé a escuchar un débil susurro al tiempo que un ardor en el pecho me hacía gemir pero esta vez era de dolor. "Dulces sueños", Hide besó mi cuello, mi cuerpo se colapsó por el placer, lo sentí temblar, sentí como Hide se apartaba de mi pero no podía alcanzarlo por más que estiré mis brazos. Pude ver el rostro de Hide dibujando una sonrisa llena de satisfacción y realización y en su mano el brillo rojizo de mi sangre, deslizándose por aquella fría daga que sostenía con fuerza. Todo se volvía oscuro, la imagen de mi ángel desaparecía, ese ángel endemoniado que amé de la manera incorrecta y que finalmente había terminado con la vida de su captor. Al final de cuentas fue lo único que fui para el, un loco enamorado que lo despojó de su libertad...

FIN!

"Diario de un pecador."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora