Diciembre 31

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Así pasaron dos días en los que traté de hablar lo menos posible con Hide. Su mirada me intimidaba y aún más ver su cuerpo, seguro me haría perder el poco control que tenía. Pero era año nuevo, no podía ignorarlo más. Dejé que el preparara la cena y yo tomé un baño para relajarme. Él se bañó después de mí y se colocó la túnica que le di en navidad. Cuando estuvimos ambos sentados a la mesa, ni siquiera tuve los cojones para mirarlo a los ojos. Comí en silencio y él de vez en cuando decía algo a lo que yo solo asentía sin levantar la mirada. Después de cenar saqué una botella de vino que había traído conmigo esa misma tarde cuando salí a comprarle lo necesario para la cena. Brindamos justo a la media noche y bebimos, sin darnos cuenta, una copa tras otra.

"Diario de un pecador."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora