7 meses después...

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Durante 7 meses el escritor fue dopado, acorralado, atrapado, fué obligado a consumir una droga y se volvió adicto a ella, fué retenido en un lugar cómodo, y al no ver escapatoria decidió permanecer allí.
Con trucos y engaños fue atraído a ese  sitio donde no hallaba salida, hasta el punto que dejó de buscarla, ya el antes había estado allí, en un sinfín de ocasiones había sido arrastrado a ese paradero hasta ahora desconocido, recordó lo bien que se sentía estar allí, y decidió dejar de luchar contra ello.
Para él fue casi eterno ese periodo de tiempo, el cual se dividía en tortura y dicha, causadas ambas por una misma persona, si...el escritor se enamoró de nuevo, por meses estuvo cautivo en los brazos de una mujer, y fue retenido allí con la ayuda de una droga (sus besos) que lo dejaban a su total merced, como un niño sin voluntad, el escritor, idiota, volvió a caer en esa trampa, luego de tantas decepciones pensó haber encontrado el lugar ideal para refugiarse, y encontrar la paz y tranquilidad que tanto anhelaba su espíritu, pero estaba equivocado.
Se dejó llevar por el "amor" ese sentimiento que le hace tanto bien como el daño que le causa.
Cayó en esas redes de auto destrucción satisfactoria, las mismas que te restringen la visión, y no te dejan ver nada con claridad.
Una vez más alguien entró al corazón del escritor e hizo con el lo que le dió la gana, literalmente hablando, lo controló a su voluntad, y el escritor cual marioneta seguía sus órdenes al pié de la letra, él sabía por lo que estaba pasando, aún así no quería salir de allí.
Dios...esa mujer, lo significó todo para él, despertó sensaciones en él que nunca antes nadie había podido, él la amó como si no existiese un mañana, estaba dispuesto a todo por ella, amaba todo de ella, estaba encantado, esa droga...era extremadamente fuerte.
El escritor pensó que la suerte le había sonreído por primera vez en su vida, al fin la mujer que el amaba le correspondía, ¿cómo no emocionarse con eso?
Todo era color de rosas, todos esos relatos que antes le parecían inverosímiles eran la descripción perfecta de su situación.
Fue mágico, pero...como todo truco de magia, tuvo su final.
La parte de la tortura superó a la de la dicha ocasionada por esa persona, y eso ocasionó que la droga dejara de ser efectiva, el dopaje inducido al escritor era ya imperceptible y eso le permitió despertar.
No todo era color de rosas, mejor dicho, nada lo era.


Diario De Un DesenamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora