No me vuelvas a tocar.

593 47 7
                                    

Las semanas transcurrían a un paso gigantesco, todo era rápido. Mi embarazo lo disfrute en todo el sentido de la palabra.

Mía era la niña más hábil e inteligente que conocía, Poncho cada día intentaba concentirme y hacerme sentir bien, había regresado al trabajo pero aún así buscaba mantener todo bajo control, siempre me enviaba rosas, regalo. Todos los días intentaba llegar temprano, para estar conmigo el bebé y Mía, a pesar de su extenso horario siempre se las arreglaba y me hacia sentir bien, enamorada, la mujer más feliz del universo.

La boda de Dulce se había realizado hace un mes atrás, todo estaba precioso, y ella más aún, Ucker era muy afortunado en tomar a mi amiga para toda la vida. Era una pareja espléndida y muy felices.

Chris y May viven a Esperanza con todo, mi sobrina es cada vez más inteligente y preciosa, Maite dejó de trabajar para pasar más tiempo con ella y a Chris le va maravilloso en su trabajo.

Mi panza estaba grande y demasiado tirante, para que decir que es sólo el bebé. Poncho me a mal acostumbrado con todo tipo de comidas cosa que amo y odio de ese hombrecito. 
Al parecer al pequeño le gusta más mi voz que la de papá aunque es muy feliz cuando Poncho le habla a través de mi.

**********

-Annie: ¡Aggg.-Gritándole a Poncho-. Recuerdame no dejarme que me pongas una mano encima jamás!.

-Doc: Vamos Anahí, deja de torturar a Alfonso y puja, estas sólo a una.

-Annie: ¡Es que ya no recordaba lo que era esto!.

-Doc: ¡Veo su cabeza!, una más. 

-Poncho: .-Besandole la frente-. Gracias, mi amor. Eres el amor de mi vida.

Díganme ustedes si no es una motivación demasiado grande que el amor de tu vida te diga eso. Después de ese susurro de aliento, puje y por fin pude sentir ese preciado llanto que atesorare toda mi vida hasta el día en que me muera.

Vi como Poncho tomaba a Dann por primera vez en brazos y de sus ojos brotaban hermosas lágrimas de felicidad, sonreía y lloraba, los dos hombres más importantes de mi vida, los tenía justo en frente de mi.

La sensación de tomar a mi hijo por primera vez, fue igual que cuanto fui mamá de Mía, era mi angelito, mi bebé. Ser madre es la mayor bendición que Dios nos entregó, y una gran responsabilidad también.

Dann era un gordito saludable y fuerte, hermoso como el sólo y idéntico a Mia con algo diferente entre las piernas, como en mi primer embarazo yo me di el gusto se cambiar y vestir por primera vez a Mía la segunda se la concedi a mi maravilloso esposo, vi como ya era un experto en pañales, bodies y tren es completos.

Después de alimentar a mi pequeño dormí por horas junto a él mientras que Poncho se ponía al día con la Familia e iba a casa a cambiarse, Mía estaba con Mai ya que era un tanto feliz con Esperanza como compañera, pero aún así se que me extraña, Dann era tranquilo y muy pasivo, por suerte y con as experiencia aceptó gustoso mi leche materna llena de vitaminas y proteínas para el.

Esto era lo que siempre había soñado, el ser madre, y darles a mis hijos el padre que merecen, un padre como Alfonso.






Niñas, nos acercamos al final, pero e decidido preparles sorpresitas para ese momento, algo muy chic para que no suframos tanto con el fin!. Nos leemos pronto!!!

Hace un instante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora