Theo {Hot}

1.1K 56 0
                                    

-¿Me estás espiando otra vez, _______? Pequeña pervertida -dijo sonriendo-.

Me sonroje: él estaba allí con sólo una toalla alrededor de su cintura y su pelo aún húmedo de la ducha. El parecía que los Dioses lo habían esculpido a mano y yo solo era una simple humana.

-No te estoy espiando, Theo. Vine aquí buscando a Scott, no a ti.

Él sonrió entonces, una sonrisa de dientes que me hizo temblar. Podía ser tan inquietante y fascinante, de repente, ya sabía que no era bueno para mí, pero no podía evitar sentirme atraída por él.

-Bueno, como puedes ver, Scott no está aquí.

-Sí. Lo siento, te dejaré solo para que te vistas.

No llegue hasta la puerta. Tan pronto como me voltee, él me agarró por la parte de atrás de mi camiseta y me empujó contra un armario. Presionó su cuerpo contra el mí, manteniéndome en un solo lugar.

-¿De verdad crees que no me di cuenta cómo me miras? -me preguntó al oído. -Pero eres una buena chica, demasiado tímida para hacer algo al respecto.

-Yo... no sé de qué estás hablando.

-Mentirosa. Apuesto a que te masturbas pensando en mí, -sus caderas comenzaron a presionar contra mi culo.

-¿Por qué estás haciendo esto?-Pregunte, ignorando su ultimo comentario.

-Porque también me gustas. Te ves tan pura e inocente... que me hace querer hacerte cosas malas.

-No soy tan inocente ni pura-, refute. -Theo, por favor, déjame ir.

Intente moverme del armario, pero él era demasiado pesado y fuerte para mí.

-Sólo si admites que quieres cogerme. Sé que estás excitada ahora, puedo olerlo.

-Entonces, ¿por qué quieres que lo diga?

-Porque quiero oírte decirlo en voz alta.

-Si lo digo, ¿qué vas a hacer al respecto?- quería saber realmente lo que haría.

Sus caderas se clavaron más en mi culo, la toalla haciendo muy poco para ocultar su pene duro.

-Voy a follarte duro, aquí mismo, ahora mismo-, dijo con su voz llena de lujuria. -¿Qué hay sobre eso? Suena como un buen plan para mí.

Su franca honestidad sólo hizo que me pusiera más húmeda.

-Un buen plan.

-Si lo quieres, sólo tienes que confesar tu pecado -susurró. -¡Vamos, muchacha de la iglesia, dilo!

-¡No soy una chica de la iglesia!- Dije con los dientes apretados. -Y sí, quiero tener sexo contigo Agregue, más fuerte.

Él alivió un poco la presión que te estaba poniendo y metió una mano debajo de mi falda. Trate de mantener la respiración firme, pero falló miserablemente cuando me tocó sobre la tela de mi ropa interior.

-¡Oh, seda! Me gusta la seda. Y estás empapada! ¿Deseabas que esto ocurriera con muchas ansias, _________-? "

-Sí.

Dejó a un lado la tela para alcanzar mi clítoris. Con poca advertencia, hundió un dedo dentro de mí y comenzó a moverlo lentamente dentro y fuera.

-¿Puede repetir eso por favor? No te he oído.

-¡Dije si! Mierda, Theo, te quiero. Sé un buen chico y deja de bromear conmigo.

-Pero no soy un buen chico, ________-, se rió entre dientes.

-¿Y qué más quieres de mí? Ya dije que lo quiero! -Su dedo dejó mi entrada para comenzar a circular alrededor de mi clítoris.

-Quiero que me ruegues.

-¿Qué? -pregunte, momentáneamente distraída.

-Ruégame. Si quieres realmente mi pene, entonces prueba.

OK, si quería jugar dominante, jugarás.

-Por favor, por favor, Theo, ya me jodas.

-Creo que puedes hacerlo mejor que eso.

-Oh, Theo, quiero sentirte dentro de mí. Quiero sentir tu gran y grueso pene dentro de mi vagina. -¡Por favor, Theo, fóllame fuerte!

-___________, suenas jodidamente sucia...! lo hare entonces.

Me deslizó las bragas hacia abajo en un rápido movimiento. Oí su toalla cayendo al suelo y quería darme la vuelta para mirarlo, pero él no me dejó.

-Quédate quieta, ______- ordenó.

-¡Pero yo quiero verte! -gemí.

- Y me veras; Te prometo que esta no es la última vez que cogemos. -Él me levantó la falda y me abrió las piernas un poco más para darle más acceso. Él golpeó mi nalga, haciendo que jadeara.-Me encanta tu culo.

Sentí su pesada erección contra mi muslo, y luego él se deslizo un par de veces por mis pliegues con la punta de su pene antes de entrar en un movimiento rápido.

-¡Theo! -gemí.- Oh, Dios, se sentía increíble!

Él rodeó mi cintura con uno de sus brazos mientras él usaba la otra mano para agarrarme el pelo y forzar mi cabeza a la derecha. Él me besó ferozmente y comenzó a mover sus caderas en un ritmo agonizantemente lento.

-Dijiste que me joderías duro-, le recordé cuando sus labios descendieron hasta mi cuello.

-Sí, lo hice.

Movió sus manos a mis caderas, agarrándolas con fuerza y ​​aceleró su paso hasta que se pudieron oír los sonidos de la carne golpeando contra la carne con cada empuje.

-Te gusta esto, ¿no?- Preguntó. Asentí, incapaz de decir nada.

Sus labios besaron mi hombro, chupando la piel. Antes de que pudiera quejarme por el chupón, una de sus manos dejó mis caderas y comenzó a acariciarme el clítoris. Una serie de gemidos dejó mi boca abierta, el placer hizo que inclinara la cabeza y me sostuviera al armario como si mi vida dependiera de eso. Sentías que como mi coño estaba casi palpitando a su alrededor.

-Theo, Theo, creo que voy a...

Todavía no, __________, espera un poco más-, Me susurró al oído.

-¡No puedo!

-Sí, puedes, sólo por un minuto. Solo por un minuto.

Trató de no oír su respiración superficial, sus propios gemidos, o el sonido de sus caderas contra mi culo, todas las cosas que alimentaron su placer, pero sin éxito. Sus manos estaban de nuevo en mis caderas y él fijó su paso una vez más, golpeando con fuerza increíble. Habrías pensado que era imposible, pero era un hombre lobo.

-¡Theo!- le suplique.

-Ahora, _________, ¡ven ahora!

Y lo hiciste. Ola tras ola de placer a través de mi cuerpo, lo que le hace temblar, mis músculos internos abrazando su pene apretado. Su ritmo comenzó a tartamudear entonces, y él entró dentro de mí, su caliente semen llenándome.

Los cabalgó a través de sus orgasmos, rodeando mi clítoris mientras empujaba hasta que finalmente me quede floja en sus brazos.

-Eso fue increíble-, dijo. "Tenemos que repetirlo, ____________, él finalmente me dejó ir y me voltee para mirarlo. -Tus pantalones están arruinados-señalo, cogiendo su toalla del suelo y empezando a vestirse.

Me los quite y me limpie con ellos.

-¿Te importa si los conservo? –me preguntó.

-Consérvenlos. Pero no te los doy: es sólo un préstamo, hasta la próxima vez.

Él te besó.

-Nos vemos la próxima vez, entonces.

omainTBS

Teen wolf imaginesWhere stories live. Discover now