5;

1.5K 77 1
                                    


Sus diminutos pies se mueven casi por inercia, intentando cuidadosamente no caer gracias a las rocas que se interponen en el camino. Corre un poco más fuerte, y se detiene sólo cuando sus ojos encuentran lo que tanto buscaban.

El campo de margaritas resplandece al igual que su mirada, y se permite a si misma aterrizar con emoción furtiva sobre el, ríe con felicidad, mientras el corazón se le encoge de satisfacción. Su mano se desliza inocentemente entre la hierba, arranca con delicadeza una flor, y la culpa le invade el alma; quiere llorar, pero es entonces cuando nota los pétalos casi marchitos, e intenta reconfortarse con el pensamiento de que la muerte de aquella flor no había sido culpa suya.

La observa momentáneamente, analizándola con adoración, y el corazón le late con fuerza cuando los ojos inexpresivos del pequeño Uchiha se clavan dentro de su memoria. Sasuke es su príncipe encantador, su caballero de armadura andante, él es la persona con la que quiere casarse y tener hijos, él es con quien sueña despierta todos los días.

Sabe que todas las niñas de la aldea lo adoran, incluyéndola; también sabe que nadie lo amará más que ella, pero...¿él la querrá de la misma forma?.

Actúa por impulso, y desprende un pétalo de la raíz circular y amarillenta, en verdad quiere saber si sus sentimientos son correspondidos —Me quiere —desprende otro, esta vez de forma brusca— No me quiere...

Repite la acción un par de veces más hasta que sólo quedan dos retazos blanquecinos y ligeramente arrugados, le tiemblan los dedos, e inevitablemente los ojos se le llenan de lágrimas.

Me quiere...

Y ahora sabe que su príncipe jamás la verá igual.

No me quiere.

Margaritas; sasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora