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Sakura está ordenando la casa cuando escucha la puerta siendo azotada fuertemente, Sarada entra con las mejillas infladas y expresión enfadada en el rostro. Mantiene los brazos cruzados sobre el pecho, mientras sus piecitos retumban duramente contra el suelo.

¡Mamá, los niños son unos idiotas!.

Frunce el ceño, no entendiendo completamente las palabras de su hija.

¿Qué?.

¡Pues eso! —alza los brazos en un gesto desesperado, como si aquello explicase todo— ¡Los niños son unos idiotas!.

No es bueno que insultes a Boruto de esa manera.

¡Es que es tan idi...! —calla rápidamente, cubriendo su boca con ambas manos. Sakura la mira de forma divertida, la ha descubierto —N-no es l-lo que c-crees...

¿Qué ha hecho ahora?.

¡Me ha robado un beso!, ¡fue tan asqueroso!.

Sakura ríe, encontrando la situación bastante divertida. La puerta suena una vez más, alguien está tocando con desespero y no le da tiempo de seguir escuchando las quejas de Sarada, se encamina hasta la entrada, y una vez que abre, se encuentra con dos pares de ojos azules mirándola con vergüenza.

Sakura-chan, disculpa la visita tan repentina, pero este pequeñín quiso venir a pedir disculpas —Boruto asiente ante las palabras de su padre— Realmente se siente avergonzado.

Comprendo, de todas formas no es a mí con quien tiene que disculparse.

Sarada aparece a su lado, mirando seriamente al hijo del Séptimo Hokage, Boruto se encoge de hombros, pero deja traslucir tímidamente un ramo pequeño de margaritas, el cual extiende en dirección de la pequeña Uchiha.

Lo siento mucho Sarada-chan, no quise incomodarte —sus mejillas se tiñen de rojo— Espero que puedas perdonarme.

Sus ojos negros se abren con impresión, mientras los cachetes se le ponen cual tomate. Asiente con emoción, abrazando fuertemente al Uzumaki menor. Sakura toma las flores antes de que las aplasten, Naruto la mira y se siente casi como un deja vú, ambos recuerdan los días afables de su juventud.

Sus primogénitos entran a la casa Uchiha, corriendo entre los pasillos, dejando escapar risas sonoras. Sakura mira a su ex compañero de equipo, sintiéndose inmediatamente orgullosa al verlo.

Le hace una invitación con la mirada, la cual él acepta gustoso. Ambos entran cerrando la puerta tras de si, con los recuerdos sobre los hombros y el cariño extendiéndoseles en el corazón.

Sasuke parece quererla ahora, pero no se siente como si lo hiciese.    

Margaritas; sasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora