F*cking ♠ Games

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Yoon Gi, obediente como siempre, se levantó y simplemente esperó las indicaciones de su amo. En cada ocasión que tenían su encuentro de placer, había que seguir unas normas impuestas por Jung Kook. Eran sencillas a primera vista, pero en realidad a Yoon Gi no le gustaba mucho seguirlas.

No rechistar y obedecer a cualquier cosa que se le ordene.

Nunca intentar someter al amo.

No dejar que otra persona lo toque.

Disfrutar del dolor.

Jung Kook caminó hacia la cama, arrastrando a Yoon Gi de la cadena de su collar. Lo empujó y quedó boca abajo. Agarró sus manos y las juntó, esposándolas. Le dio la vuelta y bajó parte de su camisa dejándola resbalar por los hombros, los cuales besó sutilmente.

Buscó en su colección de cosas algo con que poder jugar. Su gatito adoraba las caricias, por lo que aquel juguete le servía de maravilla. Era un fino y largo palo rosado en el cual, al final en un extremo, tenía unidas unas suaves plumas de color pastel. Las pasó por sus hombros y bajó por su columna hasta llegar a aquellos muslos blancos. Acarició recorriendo esas piernas de principio a fin con una sonrisa ladina en su boca. Yoon Gi hacía ruidos, imitando un ronroneo; las caricias era lo que más adoraba ya que luego venía el dolor.

Jung Kook jugueteó un rato con el objeto y luego observó a su gatito acostado en la cama mirando hacia él con los ojos entrecerrados y sus mejillas un poco rosadas. Lo agarró una vez más de la cadena y tiró, haciendo que su espalda se despegara del colchón. chocó con fuerza sus labios sobre el hombro delgado y mordió la blanca piel, tirando y dejando la marca de sus dientes más fuerte que otras veces. Y aunque a Yoon Gi le había dolido, no tenía que hacer notar eso, sino que debía disfrutarlo.

-¿Verdad que te gusta sentir mis dientes tomando tu piel?-Kook volvió a morderlo, pero más cerca del cuello. Se quedó allí depositando besos y subiendo hasta la barbilla del peligris.

-Sí, amo-gimió Yoon Gi, sintiendo como su miembro despertaba debido a la forma en que el otro tocaba sus muslos con ambas manos.

A Jung Kook le gustaba arañarlo, morderlo y escucharlo gemir de dolor. Su juego favorito antes del acto sexual desenfrenado era usar las fustas, látigos o hasta las propias cadenas del collar. Pero esta vez quería dejar una marca, o varias, en las nalgas y piernas tan blancas. Le dio la vuelta bruscamente y lo dejó de nuevo para buscar algo con lo que jugar. Abrió la caja y eligió una larga fusta de cuero negra. Primero recorrió, desde la nuca hasta la parte baja de la espalda con ésta y la paseó por el trasero blanco del chico. Sonrió y mordió su labio; elevó el objeto y lo impactó contra la piel, haciendo que resonara en el cuarto.

-¡Ahhg!-Yoon Gi ocultó el grito transformándolo en un gemido, el cual a su amo le encantaba escuchar.

-¿Te gusta?-lo volvió a azotar con más fuerza.

A Yoon Gi le dolía, su piel era sensible y ya sentía el ardor y hasta se imaginaba la marca en su piel. Pero pidió más porque al amo le gustaba. Y así varios golpes quedaron marcados en su palidez.

Jung Kook lo agarró del cabello y tiró un poco de su cabeza atrás mientras se posicionaba entre sus piernas, rozando su miembro con el trasero del peligris. Su cuerpo se movió levemente y su boca besó la nuca de Yoon Gi, bajando hasta la mitad de su espalda.

La necesidad de querer ser tocado hacía que Yoon Gi se desesperase, y aunque quisiera pedirle a su amo que lo tocara porque no aguantaba más, éste no lo haría. La mano con la que sujetaba la fusta golpeó otra vez el muslo del peligris. Así hasta varias veces más, y mientras le daba esos golpes, recorría la espina dorsal del otro con su lengua, saboreando la piel como si fuera el más exquisito helado.

Yoon Gi notaba la erección de su amo rozando su trasero, y hasta chocando, debido a los movimientos de caderas. Lo quería dentro de él, ahora.

-Mmn, mi gatito- Kook gruñió, tiró la fusta lejos y subió por la curvatura de la espalda hasta el oído de Yoon Gi; pegó sus labios y susurró en un tono muy profundo -¿Quieres que te folle duro?

Un dolor repentino hizo al peligris estremecerse. Jung Kook estaba clavándole las uñas en sus piernas, y no de forma dulce. Era agresivo y sentía la ansiedad en sus gestos. Apenas pudiendo ocultar el dolor que sentía, Yoon Gi apoyó su mejilla contra el colchón mientras Kook lo empujaba.

-Sí, amo-dijo casi entre dientes-
Su miembro dolía y tenía las manos esposadas, no había tortura peor que esa, pero aunque suponía que no era buena idea, decidió por pedirle y suplicarle a Kook que lo tocase-.Por favor, tóqueme, no aguanto.

Jung Kook sonrió al escucharlo. Tomó las llaves y lo liberó. Le dio la vuelta para tenerlo cara a cara, lo miró fijamente y agarró una de sus manos pálidas hasta su entrepierna.

-Quiero ver cómo te tocas, gatito.

Yoon Gi se puso totalmente rojo, pero por supuesto que cedió.

Me tardé un chingo ahre, disculpen
(͡; ͜ ʖ ͡;)

Little Sweety Kitty Boy [KookGi +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora