The Last Joke

Birth

Sábado           20/12/1990       10:52 p.m

La pelicula terminó y el publico irrumpió en una sonora ovación. La familia Wayne salió del cine agarrados de la mano. El pequeño Bruce, acelerado, se adelantó retando a sus padres a una carrera, pero al girarse para verlos, estos tenían una mueca de terror en sus caras. Con un movimiento, Thomas puso a su mujer y su hijo a salvo detrás de él y se encaró a la oscura figura que se encontraba delante, entre las sombras.
-Dame lo que llevéis, ahora.-dijo el asaltante apuntándoles con una pistola. Quería simular ser firme, pero el miedo asomaba en su temblorosa voz.
-Esto no tiene por que acabar mal, amigo, podemos hablar...-
-No hay nada que hablar, gilipollas- interrumpió el ladrón - Dame el dinero, el collar, todo ¡Ya!- el hombre seguía sin salir de entre la oscuridad, pero el pulso le temblaba, y su mirada nerviosa se dirigía a ambos lados sin dejar de sostener el arma frente a los Wayne.
Thomas continuó avanzando, dirigiendole palabras tranquilizadoras al ladrón.
Con un ademán de arrebatarle la pistola, al hombre le entró un terrible pánico y disparó el arma directamente al estómago de Thomas.
-¡No!- Gritó Martha desgarradoramente mientras corría hacia el cuerpo de su marido, que caía al suelo, inerte. El collar de la mujer se enredó en el arma del criminal, que se encontraba humeante. El hombre, aterrorizado, disparó una vez más. El sonido de las perlas cayendo aleatoriamente al suelo interrumpió el silencio de la noche. Después, el vacío... la nada.

Bruce se encontraba en shock. Cuando el hombre que sostenía la pistola le miró y vió la lágrima que caía por la mejilla del niño, recogió las carteras de los padres del mismo y unas cuantas perlas que rodaban sobre el asfalto y salió corriendo. Bruce salió del extraño trance en el que se encontraba y cogió la mano de sus padres. Estos trataron de hablarle...pero sus voces eran débiles.
-Siempre hacia delante, hijo...continúa siempre hacia delante...- Esas fueron las últimas palabras de Thomas Wayne.

Un murciélago sobrevolaba el callejón y el niño comenzó a seguir su vuelo con la mirada. Agarró fuertemente la mano de su madre y observó sus ojos, que ya no volverían a ver. Se fijó en sus labios, que ya no volverían a decirle cuanto le quería. Entonces, le dirigió al cielo un desgarrador grito.
El grito se fue transformando en una risa, y el rostro de Bruce comenzaba a deformarse, a volverse pálido. Su boca se tornó roja, sus ojos eran amarillentos y su pelo se tiñó de verde. Una macabra carcajada cruzó el cielo de Gotham.

Martes  26/10/2021      5:34  a.m

Bruce Wayne se despertó sobresaltado, sudando y con el pulso alto. Todo era una pesadilla más. No sabía por qué, pero aquellos meses las esuvo sufriendo constantemente. Aquellos meses tras la muerte de Jim Gordon, Gotham se hallaba de luto, y Bruce había abandonado la máscara y la capa del Murciélago. Quizás era eso lo que le hacía tener aquellos horribles pensamientos.
Se levantó de la cama y miró la hora. Las sombras se proyectaban por todos los rincones de la mansión Wayne y una más salía del dormitorio principal. Entró en una de las muchas salas de estar de la casa y se acercó al antiguo reloj de madera que se alzaba vigilante apoyado en la pared. Marcó la hora exacta de la noche en la que todo cambió y pulsó en el punto de unión de las manecillas. Click. El mecanismo se había activado. La caja del reloj se abrió dejando entrever un ascensor en su interior. Mientras el mecanismo descendía a las profundidades, un escaner de retina y de huella dactilar verificó que era el propio Bruce el que estaba dentro. Al terminar el trayecto, una voz mecánica sonó por un altavoz.
-Bienvenido de nuevo, Batman-